viernes, abril 08, 2005

Color Gris



Hace diez años que sabía que el color gris era sinónimo de estabilidad y de triunfo. Ése era el color de Del Bosque, de Raúl, de Aznar, de Carlos Saínz o de Zapatero y, ya había sido demostrado, que era mucho más útil que su versión coloreada. Sabía que la vida laboral de las personas consistía en defender y justificar su puesto de trabajo antes que construirlo, que amarlo, que creérselo, que visceralizarlo. Sabía que lo más rentable era unir con un lápiz rayado de negro y amarillo los puntos de aquéllos diagramas que hacíamos de pequeños cuyo resultado final construía una figura muy básica. Ése era –y debía seguir siendo- el final de cada jornada : una figura gris lápiz. No era bueno colorear aquello. Podría interpretarse como vanidoso, trepa, o, sencillamente algo idiota o insoportable.

A. llegó a su mesa diaria y antes de pagar un café amaquinado pensó: está bien, seré un hombre gris como vosotros. En lugar de pensar en qué os puedo dar, pensaré en qué puedo rascar. Pero que nadie diga que no lo he intentado.


A Sanchez Dragó, Cruyff, Javier Gurruchaga, Aute, Buñuel, Alaska, Umbral, Boris, Ramoneda y tantos otros que se fajan y utilizan la franqueza como antídoto contra el color gris.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Un día, no recuerdo el año, pensé en aprovechar mi oportunidad en el tiempo. Decidí hacer las cosas bien, o por lo menos, intentarlo. Una empresa difícil. Aquel día, de aquel año, sentí miedo del reproche, sobretodo del mío. El más insaciable, el más violento. Quise ser bueno, sólo eso. Pensé que con eso bastaba. Todavía lo pienso.
Yo también recuerdo aquellos diagramas que hacía cuando era un niño. Nunca pensé que al unir los puntos, dibujaría una figura básica. Siempre había espacio para la sorpresa, para el asombro. Bastaba recorrer la distancia entre dos puntos con un lápiz. Algunos, los más impacientes, lo hacía con una línea recta. A veces, olvidé el miedo y dibujé curvas. No tenía trascendencia pero no importaba. El cambio sólo me afectaba a mí. El resultado no restaba.


A los que han perdido su capacidad de asombro y a los que juzgan.

3:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Abro el armario y me encuentro a un tío.
Mi parte de sorpresa en todo esto.
¿qué puñetas pinta Cruyffixion aquí?

1:49 a. m.  

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