lunes, mayo 12, 2008

La esquina de tu cerebro


La novias se convierten en amantes. Después en ex amantes y amigas; mañana en recuerdos. El deseo, instrumento de poesía, desaparece a cambio de un par de cuentas corrientes. El alma ardiente quema las cuerdas de un contrabajo que acompaña, como una banda sonora, las noches en las que los personajes de Fitzgerald ganan a su manera mientras pierdes tú a la tuya. Sale el sol con olor a morcilla de las Vistillas y las paredes de tu casa retumban el silencio que produce un exprimidor manual mientras la caldera calienta el agua demasiado lentamente y, por el sumidero, se va la fría, y los restos de noche negra y blanca. Las camisetas raídas se esconden en los cajones, junto a algún cinturón ruidoso,  y se resisten a caer en cualquier parroquia con perfumes de posguerra y permanentes enlacadas de Chamberí.

¿No hay un bar que invite al debut diario de tu mirada y choque con algo de dulzura femenina, limpia y radiante, cansada también de su vida pero llena de ilusión por un futuro que –ella ya lo sospecha- no será mejor que ahora?

Te has metido por un  momento en un cuadro de Hooper y crees que esa esquina es la buena, pero estás equivocado porque tus esquinas son las de Juan Gris y todos esos picos ya no viajan por las venas del sentimiento. Se han quedado aparcadas en la caseta del pensamiento con una tarjeta de aparcamiento en vigor.

He visto una ejecutiva vestida de Zara, un camarero con el tatuaje de Guti, he oído unos pájaros eléctricos, urbanos y zumbados, y he pinchando sobre el nuevo i mac un archivo harto de ser sólo un archivo. Quiere ser web.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

robert wilson te interesa. quieres ver más cosas suyas sobre otros animales.

9:09 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Te has pasado por mi blog. Yo me paseo con la primavera por el tuyo. Que me gusta.

9:07 p. m.  
Blogger Manu Espada said...

Pon mi foto de Cuba en una pared interesante.

9:01 a. m.  

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