jueves, noviembre 22, 2012

Termostato


Ha llegado, hoy, el bello invierno, a la hora en que se mezcla la luz de las lámparas con los restos del día, pero Glenn Gould no se ha detenido a oler un consomé en ciernes. Por eso va demasiado rápido y yo, lento, de vuelta a mi desempleo.

Está Delphine de Vigan asomada a mi balcón, entre los naranjos, en una primera persona demasiado visible, demasiado consciente de sí misma. 

Tengo enfrente el termostato, esa palabra que si no viene del griego tiene que venir del cartaginés y cuyo significado no aprendí hasta bien entrada la veintena.

Hallazgo: la pareja solo es una fórmula.