jueves, mayo 26, 2005

...y concierto



Ayer me recogió un pelícano eléctrico en el trabajo. Cruzó de norte a sur la ciudad. Se encontró una carpa gigante con forma de iglú. El pelícano dudó y más dudé yo, que iba en su pico. Saque de debajo de su lengua un caña y unas bravas y esperé. En la carpa se abrió un agujero a partir del que nacía un tobogán que te dejaba en un patio de butacas. Empezamos a resbalar por él, amigos, conocidos, algún hermano y una flor. Y donde caímos nos quedamos. Había un piano.

Un arbusto seco que venía desde la llanura de un western rodó entre los músicos y nosotros antes de que empezaran a tocar.

A los 8000 segundos salió una higuera y empezó a tocar el piano. Un cuarteto rompió sus cuerdas para acompañar a la higuera. Eran un girasol azul, una encina en blanco y negro, y dos melocotoneros todavía jóvenes.

Terminó. Exhausto, cogí mi pelícano eléctrico y fui a casa a tender una lavadora de ropa blanca.

3 Comments:

Blogger Andrea said...

Lo siento pero yo no vi ese pelícano que vino a recogerte al curro. me hubiera gustado verlo. Una pena!!!!!

3:14 p. m.  
Blogger el que es como yo said...

Tenías razón, me encanta. Todo lo que sea surrealista me encanta. Todo lo que sea realismo mágico me emociona. Todo el sea capaz de ver magia en lo más cotidiano se merece vivir en este planeta. Y tú te has puesto hoy una medalla merecida.

3:23 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Trataré de pensar con total libertad, a ver si me sale algo así y me hago más feliz.

10:13 a. m.  

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