Entrecotte

He pedido uno para comer. No por placer sino para solucionar los problemas de una carta insuficiente (como lo son las cartas de amor). Cuando ha llegado, el olor ha invadido la mesa. Al noble filete le fataban veinte minutos para salir volando y tener un hijo. No tenía ganas de pelear cone el camarero así que he comido las patatas y un colereado pimiento rojo. Entonces he visto a compañeros en otra mesa pidiendo entrecottes hermanos al mío. Lo que hubiese hecho cualquiera es avisarles del estado de la carne. Lo he hecho. Mientras volvía a mi mesa escuchaba risas en off y me retumbabba: Nolehagaiscasooooo, estestá piraooooo... No me han hecho caso y hasta allá han llegado los entrecottes. Pensaba yo que ójala les entrasesn media docena de virus, infecciones y amebas mientras que pensaba: hay que ver el poco crédito que tengo.
De refilón, al cuarto de hora, he visto al camarero cambiarles los platos. Los de mi venganza. Mañana no vendrán a trabajar. Estan ya infectados del peor gusano: la desconfianza.
7 Comments:
La foto que has puesto no hace justicia al horror que hemos ingerido...
Y encima a mi no me gusta el pimiento.
No me gusta un pimiento...
No, mañana vendrán a trabajar. Y nos contagiarán a todos. Y echaremos de menos esos tiempos en que pensábamos bien y acertábamos.
Eso es lo que pasa cuando el mundo guión hace boicot a Arturo.
La verdad es que sí, a Sir Galahan le pega más la mesa del rey Arturo.
Muy bien, está casi a la altura del vídeo que acabo de hacer para el programa.
pues entrecó y có, lechuga...anTón
te voy a extrañar, me piro
asíN a la vuelta y vuelta estarás más jugosito
muac
Pico
Lei una entrevista de un cura progre de esos que decía que lo peor de lo peor es que nos habían educado de manera que desconfiáramos de cualquiera que se acarcara a nosotros. Cuando vemos a uno que viene hacia nosotros, pensamos: "A ver qué quiere éste", y nos tapamos la cabeza pensando que lo más seguro es que nos va a dar un golpe (esto último en sentido figurado, je). Supongo que hablaba del gusano de la desconfianza. Todo lo que decía ese cura molaba mucho, pero no me acuerdo ni de cómo se llama. Gabi
Publicar un comentario
<< Home