jueves, octubre 05, 2006

Querido Chinarro

Es la mujer de su su vida, la de David, que viene a pasar el fin de semana. Me pide cosas bonitas para decorar su casa. Entrañable madurez.
L, densa y fluída a la vez, tiene una gran cerveza; hace de puente entre los principios y los finales.
Un montón de consoladores llegan a la oficina provocando risas y jolgorio en la chicas. Pronto, las sonrisas serán licuadas y convertidas en un bloody mary amargo, el fruto del trabajo del hombre. Son las reglas del juego.
Chinarro, basta con ver la televisión un rato para tener clara una cosa: nadie te ha superado. Todo sigue como lo dejaste; aventuras infantiles, sketch de plató y canción final, efectista y efectiva.