miércoles, noviembre 19, 2008

Sputnik, mi amor



A los veintidós años, en primavera, Sumire se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo hacia el cielo en su torbellino, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo. Y, sin que su furia amainara un ápice, barrió el océano, arrasó sin misericordia las ruinas de Angkaror Vat, calcinó con su fuego las selvas de la India repletas de manadas de desafortuinados tigres y, convertido en tempestad de arena del desierto persa, sepultó alguna exótica ciudad amurallada. Fue un amor glorioso, monumental. La persona de quien Sumire se enamoró era diecisiete años mayor que ella, estaba casada. Y debo añadir que era una mujer. Aquí empezó todo y aquí acabó (casi) todo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Pero eso importaba muy poco, ahora que sentía el leve peso de su cuerpo apoyando su brazo en el mío, sonriendo con la sinceridad generosa de los que han renunciado a todo secreto. Era bueno estar allí, desmañados, un poco tímidos, respirando agitadamente porque sabíamos lo que cada uno esperaba del otro. Los mensajes se transmitían prescinciendo de la conciencia, por la pulpa de los labios, por los ojos, por los sorbetes, el tenderete abigarrado. Permanecer allí alegremente tomados de los meñiques, bebiendo la tarde profundamente olorosa a alcanfor como si fuéramos parte de la ciudad" Lawrence Durrell, JUSTINE.

1:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Anoche terminé Suave es la noche.
Lo he disfrutado muchísimo, gracias mil.

Estoy demorando el irme a la cama, no sé que leer ahora.

Te brindo mi noticia favorita del día:

Una astronauta pierde en el espacio su caja de las herramientas

A la astronauta Heidemarie Stefanyshyn-Piper se le escapó la bolsa con sus herramientas cuando la estaba limpiando después de que se saliera la grasa de una pistola de lubricación. En ese momento, empezaba a trabajar para destrabar el mecanismo de rotación de una de las tres dobles antenas solares de la Estación Espacial Internacional.

La caja resbaló y se le escapó cuando limpiaba sus guantes manchados de grasa. El incidente fue captado y retransmitido en directo por la televisión de la NASA. "¡Oh, vaya!", exclamó Heidemarie.

3:05 a. m.  

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