sábado, julio 31, 2010

Fernando

Estuvo ayer. Pasó la noche en este sofá cama con una camiseta vieja que le presté y un paquete de puritos reig. Se va a Nueva Orleans (pronunciar orlins) dos años. Deja atrás hipoteca y mujer a la que ama; tres hijos a los que ama. Deja un pueblo pequeño y trabajo fijo y se va sin motivos. Con una sonrisa suya y algunos calzoncillos nuevos.

Horas después, como si Vila-Matas se hubiese enterado, leo en él: Sabemos que es el fin del mundo si avanzamos. Sabemos que si damos una paso más allá, desaparecemos. Y nos planteamos darlo, pues pensamos que es lo mejor, recordamos que este paso ya lo dieron antes, y esos otros fueron siempre nuestros exploradores favoritos, los que admirábamos tanto cuando les veíamos difuminarse en las tenaces sombras del vacío.