jueves, diciembre 13, 2012

chicas


Debajo de casa han abierto un tienda de empanadas riquísimas. 
La chica que atiende me llama cari.
Hay una chica elegante que camina por Tribunal con una lata de cerveza de medio litro. No puede tener más estilo. Al pasar me doy la vuelta, claro, y la miro un rato.
Hay tres chicas sin recorrido con las que habamos un rato de tópicos. Su look está en armonía con todo lo demás. Les invitamos al vino y nos aburrimos.
Una arquitecta (solo conocida) deja su grupo de amigos y viene con nosotros. Está a gusto, se abre y cerramos el bar juntos a base de cervezas sin alcohol. Mientras desanuda su bicicleta le digo que tiene mucho nivel, y como es verdad, se ruboriza y se enreda con el candado.
Un viejo amigo del pasado recuerda chicas de entonces: me construye el presente a base de señalarme los errores del pasado. Amores viejos, errores nuevos.
Solo hay una chica cuyo recuerdo me produce repugnancia. He tenido suerte, aunque si hubieran sido más lo llevaría con más oficio.
Y hay amigas: la que sin trabajo se vuelve a quedar embarazada en un acto de amor, confianza y valentía; la que reconoce estar cansada de su inactividad sentimental y la que cumple años hoy, y no veo nunca, y la quiero cada día más.