viernes, mayo 27, 2005

Juguetes



Muchos niños tiraron por el wc lagartitos, tortuguitas, pajaritos y ratoncitos. Se hicieron grandes en las cloacas urbanas y sembraron el pánico en la ciudad. Esto es una sinopsis habitual de muchas películas. Pero yo tengo otra.

Cuando éramos pequeños nos regalaban tractorcitos, palas excavadoras, hormigoneras gigantes, camiones cisterna y camiones del ejército verdes. Cansados de jugar con ellos los tiramos. Ahora se han hecho grandes, pululan por Madrid y son ellos los que juegan nosotros. Si te descuidas un remolque de 25 metros de eslora se salta un Stop. Es su venganza.

Los clics de Famobil también han mutado. Se han convertido en señoritas de atención al cliente. Las colecciones de soldaditos están en su guerra. Y las barbies andan casándose con futbolistas y constructores. Los polos de naranja han mutado en papelinas de coca y las tarjetas del monopoly son hipotecas impagables.

Pienso esto porque mañana tengo un bautizo y no sé que comprarle al niño. Por cierto, es la primera vez que en un bautizo voy a celebrar algo serio.

4 Comments:

Blogger Unknown said...

¿Por perder aquellos billetitos del monopoli tengo ahora esta hipoteca? No vuelvo a jugar con nada.

8:33 p. m.  
Blogger Alfredo said...

¿Puedo sugerir unos patucos de combate?

8:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

y el pobre niñito sigue esperando su regalo...

3:50 p. m.  
Blogger el que es como yo said...

Yo de pequeño jugaba a construir cosas con bloques de madera de colores. Los adoraba, pero llegó un día en que los abandoné. Pero les sigo queriendo como el primer día. Eran unos bloques tan adorables que no me puedo imaginar su venganza por el abandono. Tal vez la venganza haya sido que realmente esos bloques nunca me abandonaron a mí. Bloques de colores que me aislan del resto del mundo.

8:07 p. m.  

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