jueves, diciembre 08, 2005

Ja!



El matrimonio Álvarez pudo montar una corsetería –el apellido lo tenían ad hoc- pero a ella le faltaba look y a él talate. Así que tuvieron un hijo que sí se llama Javier. Cuando triunfó yo estaba lejos, supongo que poniendo un lazo a un paquetito con Pablo dentro. Cuando lo estropeó yo estaba demasiado cerca. Ayer, guapo, honesto y brillante, cantó en el Siroco entre un flujo y reflujo constante de belleza, de esa belleza tan ajena que hace daño. Tiene banda nueva, que parece mejor que esas que crea y recrea de noche en noche. No me llegaba para la copa y anduve pidiendo monedas y echándolas en la barra hasta juntar los seis euros ¡toma revival! (Precisamente el otro día eché cinco euros de gasolina ¡toma revival dos!)
Luego llegó una chica tan guapa tan guapa que no pude aguantar la presión y me fui.
A casa, no sé a qué.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué bonito, qué bonito, de verdad... Recién llegado de puente (de un Londres otoñal, con un frío dorado y lleno de expectativas cumplidas) me encuentro un blog sentido, sentimental, en carne viva. Y el comment de yava.., tan delicioso como su propio blog. Gracias chicos. Buen arranque de semana!

12:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

perrro.J

2:15 a. m.  

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