lunes, agosto 11, 2008

La leyenda del indomable

Peleo con una camarera china para que no imponga su ritmo a mi comida . Un patito en miniatura cruza el mantel blanco y veo en una pantalla la última cogida a José Tomás que, como muchos montañeros, prefieren morir. Por cierto, se cumple un año sin Alberto. Echo de menos sus líos, sus mentiras y sus verdades y pronto morirá también Paul Newman -otro indomable- a quien no lloraré pero me dará mucha pena.

Hay una piscina llena de domingueros y toallas, de niños malcriados y de olor a tortilla entapperada. A Carol no le gusta y elegimos otra mientras pienso, en relación a la piscina, que soy el que se tira y no el que la limpia. Y pienso también.

-Lo único exclusivo son las neurosis, querida.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Alberto? no caigo
Paul es mucho Paul, sí

cuan reflexivo estás

me voy a Italia en un rato

besos

7:15 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Barbara, te fuiste sin la lectura veraniega que te había preparado

11:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

10:28 p. m.  

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