jueves, julio 10, 2008

Manhattan



No creo que a Mariel Hemingway le guste San Fermín. Le gusta Woody Allen en Manhattan y le da una lección a él, a los demás personajes y a todos los hombres del planeta. Y termina diciéndole: tienes que confiar en la gente.
Conocí a una chica que había visto Manhattan dos veces por semana a lo largo de los diez últimos años. No confió en mí y me regaló el papel de Mariel. Ella fue la que hizo de Woody, de hombre vanidoso, egoísta, incapaz de escuchar y confiado en su superioridad sobre cualquier mujer que acaba en su cama. Yo la miraba y estaba a punto de empezarla amar y no entendía por qué argumentaba y se autolegitimaba verbalmente cuando sólo había que quererse.
Lo que son las cosas.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues ayer tenías que haberte venido con Kiti, Estela y yomisma... fue una tarde agradable.

9:16 p. m.  

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