lunes, enero 26, 2009

Las tortillas de Jorge

En una noche de viernes comedida y animada donde no faltó absolutamente nada (incluidas unas tortillas de diez huevos) conocimos a Juan, quien contó que que se bajó en Vitoria pensando que estaba en Bilbao, inclusó cogió un taxi a una calle que no existía. Catalina que es sensible pero no va descalza por la vida distingue perfectamente entre lo fundamental y lo accesorio. Se preocupa por todos y por todo pero de manera no sólo verbal.
Alguien dice la palabra almohada y unos entienden mamada y otros amada. ¡Toma acto fallido!
Marcos atiende a sus invitados haciendo círculos en la habitación y dice que si pudiera viajar en el tiempo pediría ir al año 50.000. El escote de Ana hace estragos en la reunión y ella se defiende sin revolverse, plena de bondad y belleza. Entonces yo no sabía que el día siguiente comería unas estupendas pechugas rellenas de jamón y queso.
Lástima de lunes