Seguirán cayendo naipes

En lugar de nieve caen mentiras blancas y cambio un pequeño recriminar familiar por un desgaste zaragozano. Las dos rodillas que quedaron clavadas sobre el nuevo látex se abren y filtran un montón de horas de ternura sobre las que viajo al nuevo año, lleno de naipes, con la idea de explorar en el vacío y beber en rebosantes cuencos de alabastro los manjares que merezco y dejando por el suelo los que se caen, porque el camino es largo, y el equilibrio difícil.
Jack Johnson me dice algo al oído; no le puedo oír. Pero sé que hay alguien ahí.
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