lunes, octubre 11, 2010

Diario de un seductor



Acabo de terminarlo. He subrayado esto:

Ella era encantadora pero insignificante.

Sólo cuando estoy presente por carta, ella puede fácilmente soportarme, confundiéndome hasta cierto punto con el ser universal que vive en su amor.


A veces yo no querría renunciar a un salón de baile, no querría renunciar a su lujo dispendioso, a la impagable sobreabundancia de juventud y belleza. Y, sin embargo, no saco provecho alguno, ya que sólo rozo las posibilidades. No es una sola belleza la que ata, sino un conjunto de bellezas; una visión de sueños te toca, la de todos esos seres femeninos que se confunden entre sí y todos esos movimientos buscan algo, buscan una paz en una sola imagen que no aparece.


El resto es insoportable y, el autor, un capullo.

3 Comments:

Anonymous gárgara said...

¡qué va, qué va, qué va, yo leo a Kierkegaard!

1:19 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

la portada es bonita

10:09 a. m.  
Anonymous vesina said...

gargara!

eso eso eso eso es q ya vistes a Faemino y Cansado ?

11:24 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home