martes, octubre 19, 2010

Spencer Tunick y Miralda

Cuando lo conocimos ya era demasado conocido. Será por eso que nunca escuché hablar con pasión de de él. Es tan moderno que la experiencia artística se produce antes del revelado y quien quiera puede dejarla morir ahí. He visto un documental; su entusiasmo de los principios da ganas de vivir. Mañana buscaré su libro.

En otro happening, ayer en el Retiro, pensaba yo si el arte contemporáneo convierte a las chicas en chicas delicadas o si las chicas delicadas son las que se interesan por el arte. Entonces llegó el arroz y hubo ese nerviosismo de quien lleva un plato de plástico y espera, entre la muchedumbre, a que se lo llenen. El autor rebosaba de ese espíritu de quien ha conseguido sus objetivos y de tanto viaje se ha quedado sin patria.

Luisa y Edi me han entregado un auténtico trofeo. Bajo sus dos cuernos vigila lo que pasa en mi casa y lo que no. Hoy ha visto cómo la cocina de inducción es capaz de sacar puntillas a un par de huevos fritos.

1 Comments:

Anonymous gárgara said...

Ana y yo nos apuntamos una vez a una de sus fotos colectivas pero era en Barcelona y no pudimos ir. Me quedé con ganas de participar en un mogollón de esos.
Me ha impresionado mucho tu puntilla de inducción. ¡Te lo habrán entregado por puntilloso!
Fue divertido lo del Retiro.

1:47 a. m.  

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