sábado, mayo 14, 2011

Una tarde fresca en el río


De todos los planes del mundo, el mejor es ir a la Casa Encendida a escuchar música contemporánea. Fue Gárgara quien me enseñó a hacerlo; y yo vi que era bueno. Hoy tocaba Hauschka, que ha convertido la moqueta gris del patio en hierba y el escenario en un río donde flotaba un piano lleno de cachivaches, cintas aislantes y pelotas de ping pong. Me he acordado de toda la gente que quiero y que no estaba. La buena gente se merecía estar ahí. He comprado su disco; no quiero olvidarlo.

Ante cualquier relato soy perfectamente capaz de distiguir el guión de la dirección. Cuando esto es imposible de separar estás ante la autoría. Pasa en Delicadas, talento sin alardes, teatro sin aspavientos.

La persona que mejor se lleva con mi ánimo se llama
Maruja Torres. Me encantaría que se casase (por conveniencia) con Ray Loriga y que los dos siguieran elevando la amistad a través de sus columnas por encima de todas las cosas.