lunes, marzo 21, 2011

Jacques Henri Lartigue

Detrás del caixaforum hay unas calles estrechas, en terreno de nadie y una taberna blanca y azul. En domingo las parejas jovenes con hijo cañean a sus anchas aprovechando que no hay tráfico. Los niños juegan y molestan. Pero hay un verso suelto. Es tan guapo como el resto pero está solo. Ni chica ni hijo. Sólo lleva una lata de atún Albo. Viene del chino donde le ha enviado ella porque él nunca hace nada. Está relajado y se le ha olvidado comprar El País. Le espera una buena cuando suba.

Julien
Gracq escribe lo que fotografió Lartigue: Me asaltaba entonces el recuerdo -preciso- de una época desaparecida -la de antes de la guerra, de veranos más luminosos que de ordinario, en los que ya libaban débiles insectos de tela y de madera singularmente anticipadores, pero joven, alegre, oreada, azarosa, despegada como ninguna otra, donde las carreteras de Francia jamás se abrieron tan lozanas.

Joseba se lesiona en mitad del partido de tenis. Se sienta en el banco y consulta en Wikipedia las penas del lumbago.