viernes, noviembre 18, 2011

Las música de entonces


Aquellos días azules y rubios de San Francisco de Sales tenían, además del color, el olor de la dulzura y el algodón de las camisetas blancas para dormir. Pero no conseguía recordar su música. Me la ha traído aquella banda sonora de El cocinero y demás de Michael Nyman.

Estos días, en cada minuto, vivo con el fragor y la locura de una nota sostenida de Nyman. Tan pasado de moda como él, tan turbio como su música, tan repleto como un plano de Greenaway, fuerte y rocoso, audaz, firme.

Como un tanguero que baila con la vida como si ésta fuera una japonesa delgada de largos brazos en un duelo a muerte privado y feliz.