sábado, diciembre 17, 2011

Patafísca


El MCARS ha tenido el buenísimo gusto de introducir, en una especie de "permanente reciente" una actuación de Pedro Almodóvar grabada (creo que) en el programa Aplauso. El MNCARS se ha convertido en un frenético parque de atracciones elevadas para parejas con hijo que compran EL PAÍS, veranean en Formentera y ya no consumen farlopa, él sintiéndose atractivo todavía, ella, pese a rozar sólo los cuarenta, pensando que es un saldillo de mujer, que su cuerpo se quebró y que jamás será deseada por nadie más. Además tienen un hijo que suelen llamar Nicolás al que se refieren con el vocativo colega.
El MCARS sigue siendo interesante; hoy, por ejemplo, confabulado involuntariamente con el Babelia han metido en mi cabeza el concepto de Patafísica y la exposición dedicada a Raymond Rousell te imbuye del término aunque no puedas verbalizarlo ni wikipedia mediante.

De patafísca como de tantas otras cosas sabe mucho (seguro) Jesús Ferrero, castellano afrancesado, que vale (sospecho) más por por sus noes que por sus sus síes en lo que ha debido ser una vida densa, vívida y fragmentada. Escribió Belver Yin cuando yo tenía 12 años y mis emociones radicaban en ser ser el capitán del equipo de fútbol. Hoy, la distancia entre Jesús y yo se ha acortado, pero siempre sobrevolará alrededor de mis sienes, me sacará de mis quejidos y, aunque me espere, llevará un monton de miles de kilómetros de ventaja sobre mi vida, mi experiencia y, si llega el caso, sobre mi literatura.