martes, marzo 06, 2012

El gabinete de las maravillas

Este fin de semana de antes de Jesuscristo termina en martes con un café marcilla mañanero y malo, unas contraventanas robustas como las pinturas de Goya que al abrirlas me dejan ver el despertar del mercado con señoras que acarician su azotea, fregona en mano, y el personal llegando en metros desde sus casas compartidas jóvenes y desordenadas. Terminó ayer el gabinete de las maravillas entre los susurros de las miradas de Gárgara, las visitas guiadas de Luisa por los murales de Goya y por la vida misma y las sonrisas infantiles de Eduardo que ya sabe que su obra está llena de madurez. Terminó el día con los alaridos de Fátima Miranda en el bollante auditorio del MCARS un día que empezó con los hermanos Álvarez comiéndose una pizza en mis morros mientras navegábamos por la Plaza dos de Mayo, goyesca y romántica también, navegando entre palabras y concordia.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Gracias
Lu

12:34 p. m.  

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