lunes, enero 30, 2012

Geometría y pronombres

A Lorca le producía angustia pero a mi no. La geometría persiste en mí, sobre todo los rectángulos; me dan paz y desenredan mis conflictos. La hermana pequeña de la geometría es la serie y me gusta más todavía. Las dos están en caixaforum ocupando el lugar donde antes estaban los escorzos de Delacroix y su mirada arrebatada. Estuve un día después de asistir a la inauguración de una mala exposición de Nikola Tesla en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue mi primera aproximación a la ciencia. La embajadora serbia cortó una cinta y el director de la Real Academia pronunció unas palabras. Diplomacia, Física y Balcanes unidas provocan en mí una experiencia evocadora de los ambientes de Agatha Christi (masculina, mujer, lesbiana, de mirada masculina e icono gay) cuya última obra Telón es tan insuficiente para mis necesidades como incomprensibles son los ejercicios cinematográficos de Casavettes.

En Dos semanas en otra ciudad Edward G Robison, amigo de Kirk Douglas se acuesta con la mujer de éste. Se justifica así: –ya sabes, nunca pude rechazar nada que me pusieran en bandeja. Kirk le perdona.

¿Llaman ensayo a recopilar opiniones ajenas en un libro lleno de pies de página y sin dar ninguna respuesta? Lo digo por Seis propuestas para el nuevo milenio de Italo Calvino (vaya jeta) que, al menos, rescata a Gadda y su espléndida sentencia: el pronombre es el piojo del pensamiento.