jueves, enero 12, 2012

A veces tengo envidia de todos lo que

tienen claro que hay una oportunidad a la izquierda, que se puede cambiar el mundo, que hay que movilizarse, de los que están convencidos que existe dios, que el cine español es un mierda y el amor es para siempre. Envidia de los que descargan gratuitamente y se jactan en público y afirman que no les importaría pagar si fuera poco dinero, de los que están convencidos que los indignados son algo más que jóvenes reclamando su derecho a ser burgueses, de los que que tienen claro en su casa no se fuma, de los convecidos de que no hay que acercar a los presos vascos, o de los que creen que hay una conspiración mundial economico-satánica. Envidia de los que tienen las cosas tan claras, por ejemplo, que la culpa es de Zapatero, que follan estupendamente o que las historia que cuentan en sociedad son apasionantes.

Pero se me pasa enseguida.