viernes, marzo 09, 2012

La calle Serrano

Antes, de vez en cuando, según lo que dijese, la ropa que llevase puesta o los días de vida de mi barba sentía que en algunas situaciones, frente a ciertas personas, me hacía pequeño como una goma de borrar. Ya no me ocurre. Un par de decisiones acertadas, algún golpe de fortuna y cierta disciplina con el aspecto personal me han hecho un poco más fuerte, pero no lo he conseguido por adición en la construcción del personaje, sino gracias la desinstalación de algunos programas que llevaba encima.
Pero cuando voy de noche por la calle Serrano me hago pequeño. Siempre parece navidad y triste y me pierdo en la anchura de su acera, en sus escaparates brillantes llenos de cueros y diamantes y si tengo que encontrar el lugar que busco, me da miedo preguntar a la gente.
Ayer me pasó.