viernes, julio 15, 2005

¡No Frost!



4’26 de la mañana. El calor me despierta pero lo que me lleva a la nevera es la necesidad de tomar algo lácteo o ácido que alivie mis pulmones. Sé que no hay nada pero, aún así, abro la nevera. Ahí está la botella de tinto recorcheada, la zanahoria rallada en un frasco gemelo al que contiene remolacha también rayada y avinagrada. El frasquito de alcaparras que se cae por su base pequeña, la media cebolla, el medio limón, el tahini para el humus, la dos heineken que tanto decoran, la Fanta de limón para las anteriores y tres aguacates. La mostaza, el ketchup, la mayonesa Musa (desde aquí recomiendo su consumo), la botella de blanco en horizontal y la luz frigorífica que empieza a molestarme. Voy a cerrar. Una docena de huevos o menos, dos cogollitos de lechuga y un Nestea. Beberé agua fría y ya está.
Pero qué veo, qué es eso que se esconde entre el veterano melocotón y manojo de cebolletas. ¡¡¡Es un danonino!!! Mejor todavía ¡¡¡¡Son seis danoninos!!!! Los compré más para decorar que para consumir. Me lo comeré ahora. Hummm...son una versión mejorada de los petisuis. ¡Uaaaaa! –bostezo. Me vuelvo a la cama

4 Comments:

Blogger Andrea said...

bonita decripción de lo que realmente nos pasa a todos cuando nos despertamos a esas horas. un matiz. No siempre es por calor.

6:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La fama de mi ensaladilla rusa ha cruzado el charco. El secreto no MUSA gente lo sabe

Pico

10:31 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

ojito con la caducidad, que a esas horas, medio dormido, uno se come lo que sea

10:56 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Hola Antón! Por fin he podido conectarme. Aparte de saludar sólo quería decirte que las neveras de nuestras madres que parecían una sucursal de Galerías Primero son irrepetibles. Las nuevas generaciones, en eso, vamos a peor.

11:13 a. m.  

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