lunes, abril 10, 2006

El Chevrolet

Si hay un pub en el mundo, ése es el Chevrolet. El tapete verde de la mesa de billar deja paso a una barra alargada y brillante , dentro de la que está ella, mezclada con las luces y las sombras del local.

Austin MacKenzie no quería café. Mucho menos arrimarse a los reflejos de los hielos de un whiskie en un vaso largo. Pero esa noche, las historias que se contruía el viejo Aus necesitaban una mujer. Sí; dejaría a un lado ese caracter mesetario e involuntariamente arrogante y entró dispuesto a hablar del tiempo, de fútbol o de cualquier otro item que uniese su voz a la de ella. Pidió un café y en la chocolatina de cortesía que decoraba el plato, y, ya mismo, su paladar echó la red. -Humm -que bueno este chocolate. Y todo empezaba a salir mientras ella recorría su vida plagada de aburridas anécdotas mientras él recorría su cuerpo sin ser visto. Podría ser ella, treintañera, con sabor de sur y salpicada de desamores y de macarras que no la habían cuidado. Ella, que se quejaba de que el Mediteráneo no hace ruido, estaba ya a punto de compararse con Alfonsina Storni.

Aus estaba bien, disimulaba su tensión y apenas se inmutó con el primer golpe: -mi pareja practicaba (y esto no lo pudo escuchar bien, pero dijo algo como de un deporte nuevo de esos que terminan en ing). Él ya estaba ahí. Pero el verbo en pasado y los movimientos coquetos de ella le animaron a seguir. Pidió un chupito sin apetecerle, sólo por jugar a rojo. El cocinero de la taberna de al lado se unió a ellos. Destensó la situación.

Unos tópicos más y alguna mirada mantenían elevado el entusiasmo de Austin. Por eso, cuando recibió el segundo golpe, nuestro amigo cayó en la lona como un saco de melocotones de Calanda. Ella acababa de afirmar que como a sus chico no le gustaba el pescado... pues eso, que ella casi todos los días comía carne.

Si hay algo que odiaba Austin era escuchar a una mujer hermosa hablar de los gustos de sus chico. Aus volvio a su hotel sin neón mientras pensaba que le gustaría ser guapo y rico. Hizo un chasquido y se dijo: tanto viajar ... para estar como al principio.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Dice uno de mis mejores amigos que enamorarse en primavera es estupendo y que cuando me enamoro a pesar de los pesares y de ese rollo cristiano que amenaza cuando se lo cuento también soy estupenda
Dice ella que sin misterio, esfuerzo y duda no hay seducción así que no tengo nada que hacer y que además qué importa si me pasa cada dos por tres y siempre me río y una cosa me lleva a otra mejor
Digo yo que sí, que viajamos, con o sin desplazamiento, para estar como al principio (igual de intensos) y que tú seguro que haces lo mismo así que de todas formas que alegría será verte tan igual y tan insultantemente emocionante e indiferente

11:32 p. m.  
Blogger Manu Espada said...

Muy bien escrito, Antón. De vez en cuando hay que huir de la tele...

8:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Oiga vds, aunq sea del post pasado me interesa e intriga su sensacion personal con el rei y el ki. ¿ Sigue con frio ? En mi practica particular eso es indicativo de comenzar a volver a ser sensible que no sensiblero.

Saludos primaverales.

1:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

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»

4:59 p. m.  

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