lunes, marzo 15, 2010

Los viajes

http://2.bp.blogspot.com/_ZGDj4mcPlFk/Rk77c1S6CPI/AAAAAAAAAK4/rsHaYoA9g90/s400/Chopera%2B1.jpg

A las seis de la mañana Pablo llamó a la puerta. Abrí y sólo dijo: -todo house; se acabó el minimal; sólo ponen house. La visita se fue y yo partí para Entrepinos-Ávila con el coche repleto. Ellos cantaban en inglés y yo pensaba en español aunque me llegaban recuerdos de otro tiempo de la calle Ter, con acento catalán de personas que reaparecen, supongo, porque así debe ser, o porque algunos nombres se adhieren a los nombres de los sentimientos más profundos.
En Ávila nos conocimos un poco más y quien quiso bajó a las entrañas de cada cual donde habitan a veces espléndidos lagos interiores y silenciosos y, otras, hogueras del pasado en pleno frenesí que tardarán en ser apagadas.

Cuando llegamos todo estaba frío menos el vino blanco. Llegaron las chicas, los gin tonics, los cigarrillos fumados a conciencia, tres o cuatro canciones bonitas, una hoguera que tiraba bien, la voz de Scott. Dos días después dejamos la casa cerrada, caliente, vivida, con la temperatura adecuada para la carrera de fondo que disputan los recuerdos del pasado con el futuro incierto

1 Comments:

Anonymous Zelda said...

Hay tanta Hendrick's en tu blog que me siento un poco desconectada... ¡¡¡Pero volveré...!!!

8:08 p. m.  

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