sábado, marzo 31, 2012

Don De Lillo

La vida me conmueve cada día pero no consigo concienciarme. Soy un hombre desprovisto por completo de compromiso. Me sitúo igual de de lejos de señorona de la calle Sagasta que llama piojoso a un hueguista como del huelguista que pega una pegatina en el cristal de un restaurante. Desde el otro lado del cristal miro a sus ojos de odio y agresividad.

Do de Lillo diría o, al menos uno de sus personajes, que toda esa gente, los manifestantes, son solo una fantasía generada por el mercado. No existen fuera de él. A ningún sitio podrían ir
si se empeñaran en quedar fuera. No existe ese afuera. La cultura del mercado genera a esos hombres y mujeres. Son necesarios para el sistema que desprecian.

De Lillo ademas emplea la palabra engrisecida y escribe: comenzó a entender que habían inventado su belleza entre los dos, que habían cosnpirado para ensamblar una ficción que funcionaba a pedir de boca para su mutua maniobralbilidad y deleite. Y De Lillo dice también: Todo lo acaecido en nuestras vidas, en la tuya y en la mía, nos ha traido hasta este instante. Cosmópolis no me ha gustado demasiado pero dejé el libro tan subrayado como un cebra vieja