lunes, mayo 16, 2005

Catecismo catalán



La amistad tiene que ver más con la veteranía que con la intensidad de lo vivido. Por eso la pareja que he tenido en casa ese fin de semana no los puedo considerar amigos. Ella toca el arpa en un orquesta sinfónica, él se dedica a contar historias.

Lo primero que contó fue sobre un diseñador que se llama Tusquets que hay que conocer. También que las pirámides no las construyeron esclavos, sino que eran ciudadanos libres que preferían trabajar, a marchar a guerrear por ahí. Una decisión faraónica. En el Thyssen, gran colección y museo mediocre y asalmonado, aprendí que Fran Hals pintó lo que pintó Van Gogh un siglo antes. También se anticiparon los rusos a los franceses a principio de siglo. En la comida hablamos de que a una secuencia hay que entrar tarde y salir pronto y pronto estábamos ya en el auditorio para escuchar los lamentos de Malher. Me fije en todo; en una trompetista rubia que parecía Cecilia Roth y vaciaba de saliva y de vapores la trompeta continuamente. Hubiera bebido de la copa aquello fluidos con una pajita como si fuera una horchata .El más solitario era el de los platillos. Dos intervenciones en dos horas. Cada una preparada, cuidada y enamorada. Tras el platillazo se quedaba vacío, como desheredado por la orquesta y aturdido. Ni una mirada cómplice, ni un una mirada. Me contó T después que un código basado en el movimientos de pies felicita y reconforta al músico. Yo también me reconforté. Supe que los vientos estuvieron muy bien y que son los más crápulas de las orquestas. Salíamos del auditorio y X me contaba que una entrega de premios se había organizado sin presentador. Los premiados subían al estrado, buscaban su trofeos y volvían a sentarse. Me hubiera gustado que esta idea hubiese sido mía.

Los devolví al aeropuerto. También a dos músicas más (una de ellas era oboe, instrumento que espero conocer cuando termine el post). Los músicos pierden su glamour cuando van sin instrumento. Delante, X me dice que se ha publicado un libro que se titula Guapos y pobres. Se refiere a todos los estilistas, guionistas, maquilladotes, diseñadotes gráficos, diseñadoes web, actorcillos y fotógrafos que pululamos entre los clubs de Gran Vía, los garitos de Chueca y el Bonano.

Quise terminar el fin de semana con Kurosawa pero me faltó valor. Así que leí a Coetzee y me dijo: abrazamos para que nos abracen. Necesito doscientos días para leer un libro de 200 páginas. Ayer leí 30.

Mi abuela se está muriendo. Siento más su vida que su muerte. Lo malo es que cree que Dios existe. Lo bueno es que es mentira.

4 Comments:

Blogger Andrea said...

Yo no creo que la amistad se deba medir por la veteranía, sino por lo que te aporten y aportes.
Hya perosnas que en una ño puedes considerar amig@, y otras que conoces desde la infancia y no tienen porque ser amigos.

8:17 p. m.  
Blogger el que es como yo said...

Dios existe. Lo sé. Y cuando nos reencontremos con él será la culminación maravillosa de nuestra vida. Lo malo es que no nos daremos cuenta porque estaremos muertos.

8:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

De pretencioso que es, no llega a ser ni bohemio

9:15 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo también fuí al concierto. Detrás estaba sentado Paco Valladares. Welin

11:42 a. m.  

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