martes, abril 18, 2006

Rigurosamente cierto

Había prometido no consumir medios de comunicación durante las vacaciones. A cambio leía a Paul Auster con quien coincido en que la memoria y el azar son los dos pilares de la vida. Pero en alguna barra vi la columna de Paco Umbral y no me pude negar. Estaba dedicada a María Asquerino. Llevaba años sin oír un nombre que siempre que leo me recuerda a mi madre. Me pasa igual con Lee Remick. Terminé el café y la columna pero no pude enterarme si María Asquerino había muerto o no. La última metáfora de Umbral dejaba abierto el desenlace. Imaginé que sí y lo sentí, como sentí también la muerte de Rocío Dúrcal.

El día pasó entre paseo, sol y almendras...y llegó la hora de cenar bien. En La Antilla había unos quince restaurantes y los recorrí todos; tenía tiempo y no quería equivocarme. Acerté en la elección y disfruté de un magnífico guiso onubense, (garbanzos con choco), pez espada a la plancha y un postre pacífico y dulce.

Pagué y me puse en pie despistado. Estaba a punto de salir por la puerta cuando noté una mujer mayor me miraba fijamente. No retiré la mirada y ella insistió: era María Asquerino.

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo esto me lo haría mirar. O al menos lo consultaría con Enrique de Vicente.

6:46 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo también elegí a Paul Auster para mis vacaciones. Ahora, lo de María Asquerino como casualidad no tiene precio. Por cierto, a mi chico, con quien ya he pasado algunas primaveras, le conocí en un bar. Según un post anterior tenemos poco futuro ¿menos que el de los que se conocen en Internet? Al menos yo sabía desde el principio que fumaba Habanos..

1:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

a lo mejor María Asquerino lee tu blog habitualmente e incluso comenta como usuario anónimo puede que incluso te estuviera siguiendo...quizá fue ella quién dejó el periódico a tu alcance

¿a ti no te parece que Paul Auster a la larga cansa?

2:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Siempre he pensado que cuando se homenajea a alguien se trata de uno de los primeros síntomas de su muerte, así que decidí fingir que cenaba para darle la vuelta a los 72 bañándolos en vino.
Ya andaba casi por los 30 mientras imaginaba historias sobre el chico que lloraba solo mientas comía pez espada.
No he sabido que eras tú hasta que te he leido. Me recuerdas a un novio que tuve mientras rodaba "El mar y el tiempo".

10:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Alerabrab, me cansa Paul Auster


Pico

12:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Una vez más, paul tiene razón

12:13 p. m.  
Blogger Manu Espada said...

A Paul Auster le vendría bien leeer de vez en cuando las viñetas de Ibáñez...

1:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No me cansa anTÓn

pepa

4:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Qué bueno es recordar a nuestros clásicos!. Para completar la Santísima Trinidad de las históricas quiero hacer referencia a Rafaela Aparicio y Gracita Morales. Y el ojo del tríangulo, en el centro, la gran Lola Gaos

7:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

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