martes, febrero 14, 2006

8.000 gracias



















Mi casa y yo nos estamos recuperando. En estos momentos todos los regalos están colocados en un altar de cristal. El fin de semana, cuando esté limpio por dentro y fuera, buscaré la parte de dentro de cada libro, me pondré el pijama, el piano de Debussy e investigaré quién me regaló un cangurito verde. Si no me llevan a Asturias me sentaré en el sofá viendo las flores secar mientras suena en off la voz de Iván que mientras bailaba Madonna repetía en un inglés impecable: repeat, repeat, repeat. Veré la mirada de Nuria mirándome, la entrega de Germán y recordaré las palabras de Paco: me voy porque creo que tengo posibilidades con esta chica. Bárbara, la gata con botas que hubiera dibujado Kubrick flotaba entre la alegría de Gabi, la ternura de los Jorges, y el amor de plástico de Javi. A alguien le tengo que preguntar quién abrió la puerta de mi casa mientras yo andaba cochineando y alguien tendrá que explicar porque hay tres botellas de Gordon´s en casa. Recordaré la emoción que me produjo la entrada de Zulema a quién envié mis mejores galas (Marcos y Jero) para que la cuidaran. Quizá me ponga la camiseta que me regaló Sorensen, la que parecía comprada por Jero, y viceversa; quizá Marga y Antolín conectasen o quizá no. Quizá Camino llegó bien a casa. Quizá Luisa se quedó la última hablando sólo de cosas bonitas, poco después de que Almudena, dejase con la boca abierta a todos por su bondad y belleza. Quizá Angélica quiera aprovechar este post para decir algo, aunque no hace falta.
En estas fiestas todo se olvida antes, incluso, que pase.
Todo menos el amor, que se queda pegado a las puertas

13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola soy yo Sorensen, la de la camiseta!! linea 21 empezando por el principio!! qué ilusión! esto de Antón te nombre en un post es casi como cuando a un novio tuyo le dan un Oscar y te nombra en los agradecimientos. La piel de gallina tengo.
No me acuerdo de ningún nombre de los del cumple, pero desde aqui saludo al chico cuya segunda piel es un jersey a rayas, a los de la fotito de la Habana tamaño carnet, a esa chica que le pregunta a los mendigos sobre restaurantes de lujo y a su novio que tendrá que renovarse el dni, a la que casi se liga a Bruce Willis en NY, al que vino conmigo que era el más guapo de toda la fiesta y a la que te regaló unos cactus pequeñitos.. espero no olvidarme a nadie (esto tambien es de los oscar)

9:54 p. m.  
Blogger MUNDOGUSANO said...

quizá algún día le dé por pintarnos

10:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo fui el que abrió la puerta, con cariño y casi sin equivocarme. Vencí mis reparos cuando Eva me dijo que tus instrucciones dadas a través del móvil eran: "id a mi casa que yo acudiré". Como imaginarás, nada más entrar abrí las cortinas y acomodé los almohadones en los sofás. No, lo primero que hice fue abrir el bar.

10:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Inolvidable tu fiesta, ¡que sábado tan divertido! quedará tallado en mi memoria
que aludida y halagada me siento, gracias

2:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

repeat, repeat, repeat

9:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ahora hemos creado la necesidad de otra cita para coger la lámpara de la vitrina de cristal y ponerla en el techo o usarla como ensaladera.

12:11 p. m.  
Blogger Andrea said...

Lo de que en las fiestas se olvida todo... no sé. Queremos que se olvide todo pero luego siempre queda ahí, como el amor, pegado a las puertas. ojalá se olvidara. Yo querría no recordar tantas cosas de la fiesta de mi casa... que en realidad no las recuerdo pero ya la gente se encarga de recordarlas.

por cierto tu fiesta ¿por qué? ¿ha sido tu cumple?

4:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

AGUJERO NEGRO

Cuando Antonov terminó el segundo plato fue a por el postre. Al llevárselo a la boca, la manzana resbaló para caer sobre la superficie lunar. Rebotó sobre el polvoriento suelo y salió despedida hacia un cráter llamado "Trébede". Antonov se lanzó al angosto agujero, la recuperó y la sopesó con sumo cuidado.
–Dios mío, casi la pierdo, –dijo. Y Antonov dejó escapar una lágrima bajo su casco. – Dios, mío, casi la pierdo, – dice. Y Antonov deja escapar una lágrima bajo su casco. Cuando Antonov termina el segundo plato va a por el postre. Al llevársela a la boca, la manzana resbala para caer sobre la superficie lunar. Rebota sobre el polvoriento suelo y sale despedida hacia un cráter llamado "Trébede". Antonov se lanza al angosto agujero, la recupera y la sopesa con sumo cuidado. – Dios mío, casi la pierdo.

4:42 p. m.  
Blogger fer said...

Qué pena no haber estado.
Veo que estuviste muy agusto. y es que como diría mi madre, donde hay se nota.
muac

5:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola, al dejar tu casa tomé un taxi, el taxista me contó que había pasado su infancia en el mismo edificio donde vivo, justo en la puerta de al lado vivía su abuela, también conocía mucho a los del bar de la esquina que hace un año cerró, se llamaba el bar Salmantino y el dueño Hermogenes, dice que le ve mucho por el pueblo, que esta muy cerca de Guijuelo, y yo le dije que mi novio siempre veia los partidos de fútbol en su bar mientras comía un montadito de chorizo de guijuelo...se emocinó tanto al saber que su abuela había sido mi vecina y Hermogenes mi bar de la esquina que no me cobró la carrera...Muchas gracias por todo

7:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muchisimas felicidades anTón. Elegi una mala semana para dejar de conectarme a tu vida/blog y se me paso lo de tu cumpleaños.
Espero que la vida te siga sonriendo como hasta ahora o incluso mas (esto lo mido por lo amigos que vas haciendo por donde pasas). Espero que podamos vernos pronto. Ya te llamare para felicitarte en persona.
Un abrazo: Tino

10:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A mi me costó algo más recuperarme, ahora estoy aterrizando y bajandome de esa nave espacial q pillé cruzando el rio, menudo viaje, aunq no me acuerdo muy bien.
Un vez más creo q bebí demasiado, yo no conocí a tanta gente, debe ser q estuve paseando palmito y haciendo obras de caridad, como la que hicieron Paloma y Jorge acogiendome en su hogar.
Me emocioné con las palmas y vítores de la gente pidiendo Las Maletas.
Ahora miraré a derecha e izquierda cuando desayune en la Flecha.
El niño Juan tiene un lío de narices.
Odio la canción de Madona.
Bárbara parece arquitecto.
Conocí gente guay.
Lo pasé en bomba.

11:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Llego tarde pero, aunque me quedaron pocas verdades por decir, no puedo desaprovechar esta oportunidad...

Debo reconocer que he aguantado la respiración hasta encontrar mi nombre...

Para mi, como todos los años desde hace años, esta ha sido la mejor fiesta del año. Verte disfrutar, con esa misma cara de la foto, mientras nos amenazas con "la maleta" hasta que consigues que lo pidamos a gritos, sigue siendo un placer... aunque cada año me cueste más recuperarme.

Besos a todos y, a algunos, gracias por su paciencia, je, je.

1:24 a. m.  

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