viernes, febrero 17, 2006




Ayer, en casa, hasta altas horas de la madrugada, se produjo una pelea muy enconada entre Devendra Banhart y Satie. Ambos reclamaban una pequeña parcela de poder mientras Leonardo preparaba, en la cocina americana, un codo de serpiente recién traído de la Amazona boliviana.

Además, seis cactus pequeños esperaban transplante en la terraza. En estos momentos (12’05 AM) el sustrato está llegando congelado en una nevera del vuelo 636 de American Arlines. El abuelo cactus, cuya muerte se acerca, ha dejado en testamento una maceta con tierra volcánica de segunda mano. Una foto nueva de La Habana vieja está clavando en la pared dos ganchillos para autocolgarse.

Un dvd que tiene secuestrada La Mala Educación me mira a los ojos. Parece que quiere repetir. Cosmo Kramer, mi nuevo vecino, me pide un poquito de sal, -gorda, por supuesto.

Fin de semana. Podría llamar a los del club de la Plaza de la Sardinas y hacerles un cocido mientras colocan la lámpara. Hum, no sé, quizá sea demasiado pronto...retrasaré para más tarde un placer garantizado.