Sí, quiero
Cae una lágrima de naranja en la jarra de un desayuno blanco. Delante del ventanal de una película de Ivory tendría que haber puesto un gorrión. Un reloj parado se ríe de su péndulo.
Un gallo quiere cantar pero
no le dejas. Una de las dos botas, escondida bajo el sofá, pregunta por ti. La ducha de fondo que alguien me está robando te limpia el alma.
He visto este cuadro en un sueño que tuve en abril; en el museo azul de un país lejano; en una línea que tirita y sostiene una metáfora de Umbral; he visto este cuadro ahí, cerca de donde tú andas.
Un gallo quiere cantar pero

He visto este cuadro en un sueño que tuve en abril; en el museo azul de un país lejano; en una línea que tirita y sostiene una metáfora de Umbral; he visto este cuadro ahí, cerca de donde tú andas.
Buenos días.
Foto Jero
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EL AMOR Y EL SEXO
-Óscar, ¿me quieres?
El sonido de las campanadas de la medianoche anunciaban que María estaba teniendo el orgasmo más intenso de su vida. Óscar la había penetrado a las 23:55 brutalmente, sin avisar, unificando sus gemiditos en un solo grito de dolor inmisericorde. Tres minutos antes logró arrancarle las bragas a dentelladas ante su mirada expectante, temerosa, como si se la fuese a meter sin previo aviso. Qué sensación tan extraña; había comenzado a humedecerse hacía un buen rato, justo cuando le acabó de quitar el precioso sujetador de encaje negro para después comenzar a bajarle los pantalones ajustados, que no acababan de salir por culpa de un culo demasiado respingón. Óscar comenzó desabrochando su blusa suavemente para ver si llevaba sostén mientras comenzaba a besarla en el cuello. María sonreía tímidamente en su silla y cruzaba las piernas pudorosa ante la remota posibilidad de hacer el amor durante aquella velada improvisada. Óscar acariciaba su pelo con cariño, muy suavemente, como si protegiera a un frágil pajarillo. Tras el postre, descorchó la botella de champagne. El primer paso era invitarla a cenar en su casa. Había apostado con sus amigos que María perdería la virginidad antes de acabar el día.
-Te quiero, María —dijo.
Buenos días
Te quiero, María -digo
ya decía Carlos Cano "abril para vivir, abril para soñar..."
we have the freedom
but we don´t have much time
wild wild horses
we´ll ride them, some day
Un hombre de unos 50 años obligó a punta de pistola a dos peluqueras a teñirle el pelo para huir de la Policía, que le buscaba después de haber atracado una agencia de viajes en el centro de Málaga.
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