domingo, julio 01, 2012

Nosotros


Esos intelectuales de semanal a dos páginas que ahora lo entienden todo y dan las claves del fracaso del a arte, del fracaso político, del fracaso de la sociedad, escuchándose con autocomplacencia, seguros en sus argumentos de tertulia barata,  deberían deberían dedicarse al silencio como postura y no aburrirnos hablando del Apocalipsis que se acerca.
Del Apocalipsis ya habló hace veinte años Jesús Ferrero en El secreto de los dioses una narración tan extraordinaria que es tan “demasiado” para la playa  como “demasiado poco” es el último de Auster.
La playa española es una sucesión de camareros amargados y familias feas y empresarios que se creen que eres tonto, que te clavan como si estuviéramos en los años setenta, sin ningún interés por satisfacer al cliente, cobrando y pagando en negro, gritando sin remisión, falseando los platos de las cartas, vulgares y gritones. Llevan en sí, como si fueran fractales, la información de todos los datos macroeconómicos del momento. Ahí tienen los intelectuales de semanal el pasado y el presente de España. De ellos (de nosotros mismos) es de lo que nos tienen que rescatar quien pueda.