viernes, abril 24, 2009

El mar de la vida



En una gamba roja de huelva, yo, tripulando en su cabeza bien agarrado a sus bigotes y mi amigo, en la cola, dejándonse cosquillear por las patitas del ¿crustáceo? surcaremos el mapa ibérico hasta tocar fondo en el Hotel Lepe-Mar, náutico y austero. Mi amigo, en su heterosexualidad extrema, tiene más de gran dama que de gran señor y por diferentes caminos los dos somos capaces de todo. Cuando aparquemos la gamba, una estrella de mar regulará nuestro estacionamiento por si nos pasamos de la hora. Los caballitos de mar serán multados porque, como en las vespinos, sólo se permite circular con un tripulante, y unos chopitos se retorcerán de dolor en una freidora de la isla de Elba, donde extraditan a los valientes, aquellos seres capaces de romper su destino.

Dice Loriga que hay un libro precioso que se llama Veinte mil leguas de viaje submarino. Trata -según él- de un mundo que hay debajo de mar, pero a esa profundidad no hay nada. Y cierra:

todo lo que había debajo del mar lo puso Julio Verne. Hasta el último pez.


2 Comments:

Anonymous CHENDO said...

Qué buena pinta de viaje, y de parejita...
Pues yo también me apunto.

6:15 p. m.  
Anonymous gargara said...

¡planazo!
disfrútalo, langostino

1:22 a. m.  

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