Macarena y José

En el Teatro Price hay un duelo de tendencias contemporáneas. Pero olvidaron las metáforas y como escenario pusieron un ring con sus cuerdas y todo. El director, catalán como como todo lo que se dirige en Madrid, también necesitó, para parodiar la lucha libre, un árbitro, albornoces de boxeador y campana entre asaltos. Una pena porque las individualidades eran excelentes, pero no supo coserlas. Es lo de menos. Lo pasé bien.

Por la noche , en casa, puse a Hablar por hablar, el mejor formato radiofónico que conozco. Ahora lo dirige Macarena Berlín. Contrariamente a sus antecesoras ella escucha. Es elegante, honrada y no hace trampas. Un oasis en los medios que convierte las palabras en acontecimientos. Me gusta mucho. También es humilde.

José Rayos es un artista al que se le da mejor el alambre que la vida. Ahora expone en el Camarote y es un placer disfrutar de su obra. Lo recomiendo

Crash

Alguien desayuna un té con leche; un un despertador digital se despierta. Un padre lleva a su niña al colegio y flirtea con la profesora de música; en la m30 se dan palos los unos a los otros. Hay un cartero de amarillo y un cielo de azul. Una madre toma su medicación y se pregunta por qué se levanta tan mal; un coche pasa la itv. Recién salida del huevo de usu master, una veinteañera entra a trabajar en televisión; se acuestan dos farloperos de entresemana. Un abuelo se sienta. Está cansado

El último viaje

En todas las cosas buenas que me han pasado en cinco años, mi coche ha estado cerca. Hoy se lo llevan al desguace. Me lo ha dado todo.
Le quiero más que muchas personas. Nunca lo olvidaré.

Los macarrones

Llevo veinte años cociéndolos, generalmente los lunes.
Hoy es viernes.
Los comeré a solas, como debe ser.
A veces les hago un sofrito.
Aunque ellos nunca piden nada.
Es mi plato más íntimo.

martes sin carnaval

Las madrileñas ociosas con el pelo gris y la vida roja se dejan impresionar por los franceses en la Fundación Mapfre. Vincon impresiona con cosas bonitas y el día tira para un lao y para otro que es lo que pasa los días en lo que no pasa nada. Un pollo al curry se pelea con unos champiñones dentro de un teclado roto. La lluvia me compra un paraguas. En la calle Pez noto que no ya tengo edad para el teatro Alfil. Y así pasan los días frescos y desapasionados con sueños vívidos sólo de noche y con ganas de insertarme en un colectivo donde todos tiren en diferentes direcciones, pero unidos.

-¿No será que es usted demasiado sensible? A lo mejor, pasados los 30 años, le convendría tener la piel más gruesa.

-Sin duda. Estoy seguro de que los rinocerontes como usted viven mejor. Pero mi pellejo es mi pellejo. Reconozco que podría atravesarlo con la luz de una linterna. Así que deme otros consejos.

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