viernes, enero 27, 2006

Supermercado

Esto se parece demasiado a ayer, -dice elequeescomoyo nada más verme. Como afirma Vivian Caoba, el frío de hoy te pone los mocos como cuchillos. Por eso, por el frío y por los cubatas de ayer me vuelvo a equivocar y en lugar de entrar en el estanco entro en la panadería. Rectifico y la estanquera me da la sorpresa del día. El chester ha bajado 35 centavos. ??

En quince día días me han regalado una metáfora y tres libros.
En el último descubro al movimiento Shandy cuyas bases paso a relatar:

Aparte de exigirse un alto grado de locura, quedaron fijados los otros dos requisitos indispensables para pertenecer a esa sociedad: junto a que la obra de uno no fuera pesada y cupiera fácilmente en un maletín, la otra condición indispensable sería la de funcionar como una máquina soltera. Aunque no indispensables, se recomendaba también poseer ciertos rasgos que eran considerados como típicamente shandys: espíritu innovador, sexualidad extrema, ausencia de grandes propósitos, nomadismo infatigable, tensa convivencia con la figura del doble, simpatía por la negritud, cultivar el arte de la insolencia.
La metáfora me la regaló ayer Julio mientras la zaragocidad disfrutaba a 332 kilómetros de distancia. Me dice: convertir la vida en un supermercado. Y colocarte tú mismo en el display.
Hay una gotera en una cabina. Para allá que se va elequeescomoyo siempre en busca de castátrofes naturales, accidentes aéreos, epidemias y metereología en general.

miércoles, enero 25, 2006

Ensalada

Foto: Jerónimo Álvarez

Cuando regrese de Módena con el vinagre, voy a convertir esta playa en un mantel de cuadros. He tirado los restos de las galletitas saladas de pez que estaban encima de los platos de plástico del día que cumplí 12 años. Tengo tres platos: dos naranjas y uno azul un poco rallado y aceitoso. Los clics de Famobil han crecido y están trabajando en un servicio telefónico de atención al cliente. La pelota, cansada de recibir golpes a bocajarro la voy a reciclar en una bota de vino, donde meteré agua de otro mar que nos deje en los postres la boca reseca y salada, y hagamos juntos una disgestión litoralmente animal. He alquilado un tándem con una cesta delante de la rueda delantera. Ahí, hay una botella de gaseosa. Que no se me olvide devolver el casco. Con las treinta pesetas que me den compraré un regaliz de palo para que coma la liebre que te saques de la chistera.

No voy a llevar cubiertos porque bastante nos cubre la arena playera que se revolotea mientras cae el día. Cuando las pieles estén blancas por fuera y doradas por dentro escucharemos los dientes del mar tiritar de envidia y cuando suene la bocina de un barco lejano será la señal de que algo empieza.

domingo, enero 22, 2006

Historias de siempre

La mañana, tras dar varios tumbos, les asienta en el Café el Espejo, en el boulevard de las Castellana. N, mirada espigada y azul, generosa y valiente cuenta que le ha llamado X, que dice que le va a hacer una visita y que ella le ha parado los pies. Como se lo hicieron hace años le ha tenido que soltar el clásico: vente si quieres pero tengo novio. Añade N que no le importaría volvérselo a cepillar pero que no lo hace por su novio. Almudena, que va por la vida en patinete regalando bombones al que pasa, le dice: con esa respuesta has entrado en su juego. Carolina, de aspecto todo lo contrario a lo que es, seguramente la chica menos frívola del mundo, había ido a cerrar historia amorosa el día antes. Estaba ya todo zanjado pero, por si quedaba algún fleco, para allá que se fue. Contaba, con la conciencia rara, que no había hablado de nada y que se habían acostado, y que él, cuando se iba ella, se anotaba el último punto de una relación que ha perdido hasta el marcador, con: tu vienes aquí a hablar, me follas, no hablas y te vas. Sus amigas le riñen. Almudena, le había dicho a su chico que no quería salir esa noche. Pero mientras se aburría de fiesta en fiesta nocheviejera se había subido a la estratosfera y se le había pasado que tenía novio. Vamos, que se acordó de él a las siete de la tarde del día siguiente de empalmada feliz. Las tres sienten haberse portado mal, por lo hecho, por lo que piensan hacer, o seguir haciendo.

Por la noche, un cumpleaños se contagia de la mirada, deliciosamente naif y bella de la protagonista. Cuenta Carol que con un mes de relación a la espalda, los hombre se asustan. También dice que no puede vivir sin amor. ¿Se llama Satin este que toca el piano?

Por cierto. Bueno nada…

viernes, enero 20, 2006

luces


Enciende la luz de mi desayuno el gran Carlos Boyero, con quien compartí whiskies y alguna cosa más, un día de otra época. Afirma que no ha visto muchedumbres a la puerta del Archivo de Salamanca con familias esperando pasar el día revisando la historia. También da una lección sobre lo absurdo de la dignidad que supongo que es lo que hay que despojarse una vez que te quitas el orgullo. El frutero que pone Mozart no abre tampoco hoy y son las 11. Sus naranjas son malas. Da igual. A un frutero se la caza a la primera. Sin ningún género de dudas. Hoy es San Sebastián. Al único que conozco es al que salía en Heidi y al hijo de Katherin Hepburn en De repente...En el coche subo las persianas y entra la luz de Sky que así se llama la ex de Morcheeba que ilumina el atasco que no me importa pasar en su compañía. Más luz en el trabajo, en las mallas de la terremoto de Alcorcón. ¡Uff! cómo se agradecen este tipo de cosas. Como el fabuloso juego que propone gussanita y que no he tenido tiempo para hacer hoy.
Ayer prometí que jamás volvería a tirar una colilla al suelo. Lo he cumplido, como cuando prometí no comer más en un chino. Ése es el nivel de retos que mi frágil voluntad puede permitirse

jueves, enero 19, 2006

Los colores de cada mañana



Dos naranjas y un limón en el exprimidor amarillo. Día azul, café negro. El de Violeta, camarera ecuatoriana que parece salida de una caja de dulces. Nawja Ninjri, la mujer más blanca del mundo. Cuando deje en su perpendicular al general Varela me pondré la gafas, justo cuando la calefacción del coche dé por terminado su trabajo. Sor Angela de la Cruz es una calle que ha hecho fortuna en los últimos años. Termina en Cuzco, que eso, para una calle, es como un colegio privado para un niño, facilita las cosas. Siglo XXI es un programa azul como mi extraíble, como el cielo de hoy. La boquilla dorada aplastada contra el cenicero de caoba, el que traje de La Habana, portátil como son los sentimientos. Plaza de Castilla también está azul pero camino de Colmenar convierto polígono en prado; sólo veo el verde urbano descuidado, con edificios marrones que llevarán mal el paso del tiempo, como Buñuel, como mi madre, como la envidia. Giro a la derecha dos veces. No sé si mi casa es el trabajo o al revés. Aquí tengo hueco, pegado a dos coches rojos. Saco mis zapatos burdeos para que pisen sobre asfalto, para que sostengan ilusión, para que me lleven hasta la pantalla, salpicada de algún post it amarillo, desobediente y arrinconado, hasta que llega alguien con algo de luz para iluminar el arco iris de la mañana.

martes, enero 17, 2006

JG



Llevo un año trabajando con él. El 100% de mi energía laboral está dedicada a él. Bastante de mi intimidad y algo de mi bagaje. Mi experiencia la empleo por si a él le sirve. Si fuera necesario algo de talento, también lo tendría. No es el caso. Los folios que imprimo, los archivos que abro, lo que meto en la carpeta de común lo que bajo de internet. Prácticamente todo es para él.

Un día, trajo para el equipo 25 bolsos unisex, supongo que merchandising de Filmax con motivo de un estreno, bolsos de estos que parecieron estar en tendencia, de trapo fácilmente lavable cuadriculado y con dos asas que se pueden colgar en los hombros.

Es todo lo que he sacado de él. En un año. Alguna sonrisa forzada, nunca un gracias, nunca un desaire, nunca una mano estrechada, nunca una conversación sincera. Nada bueno; nada malo.

Esta mañana estreno el bolso en cuestión: un libro, el ipod y una bufanda. No se me ocurre qué otra cosa meter. El día ha salido frío, contemporáneo y blanco. Como su actitud, como nuestra relación.

Son las reglas.


Esto lo escribí antes de descubrir el personismo de Vicente Verdú. Una de sus tesis es tratar a las personas como objetos. Sin complejos, sin aporiorismos, sin expectativas. Suena un poco raro pero contextualizanlo en la teoría general me gusta. Tratar como objetos a las personas y ser tratado como tal.

Pavos reales, sierras eléctricas y 487 sandwich mixtos



El día no podía empezar mejor. Un sms de Fer dice lo siguiente: los zapatos más bonitos del mundo son nuestros. ¡Qué contento me pongo! Como además sale un poco de sol me llevo medio martes al Retiro. Entre que piso tierra y la tierra me pisa a mi me encuentro una esquina desconocida. Es un jardín sin tiempo, de aroma franquista y cuidado. Al rato de disfrutarlo me encuentro un pavo real. Yo –como muchos sabéis- crecí entre ribazos, alfafas y ánades. Mi familia supo imprimir su violento carácter a gallos, ocas y perros que pululaban por mi niñez, por lo que pasé aquéllos años perseguido por todo tipo de alimañas. Los pavos nunca lo hicieron pero una vez soñé que sí y desde entonces los temo. Hoy también me han dado miedo. Lo que son las cosas y los sueños.

Escucho el sonido de una sierra eléctrica. Es un sonido que ya pertenece a la naturaleza. Me agrada. Quieren derribar un árbol seco al que sujetan con dos cordones de acero, como si tuvieran miedo de que resucitase y le diese un con la raíz al jardinero andino.

Vuelvo a casa para hacer un recuento. Calculo que en mi vida he podido prepararme 487 sandwich mixtos. Ninguno de ellos me supieron como saben los mixtos de cafetería. Hoy lo he conseguido. La clave no está sólo en la cantidad de mantequilla, que también. El pan de molde no tiene que ser bimbo ni panrico. Tiene que ser de molde en la acepción más corta de la palabra molde.

El personismo



El personismo deja atrás todo pensamiento actual sobre la falta de pensamiento, precisamente. El hombre y la mujer se salen de su pertenecnia a un sistema de grandes superficies donde las masas agotan la mitología de la moda, la elegancia, el buen gusto, el precio y la marca.
Ahora lo que va a contar no es ya una moda abarcadora, armoniosa y frenética, sino la forja de un dandismo individual que se distingue no ya por estar de moda, sino, muy al contrario por ploclamar y ejercer la moda individual, capichosa y libérrima de cada uno. (...)
Quiere decirse que la rebelión de las masas orteguiana ha agotado su costumbrismo hortera y su fidelidad a las marcas. Ya no hay coartada social para la multitud. Uno tiene que ser el lujo de sí mismo

lunes, enero 16, 2006

Gabardina sin dueño



Voy a descansar un poquito; alimentaré el blog mientras intento rebajar esta saturación laboral cada día más difícil de llevar. ¡Uff! Pensaré en el club de la plaza las sardinas. Siempre que voy vuelvo mejor. ¡Qué diferencial! Hoy empezaré un libro de Raymond Queneau que me regaló mevoy. Parece que a principio de siglo XX, ya se planteaba que un mismo hecho puede ser contado de ¡80 formas diferentes! Me tranquiliza saber que la crisis de comunicación afectaba también a nuestros abuelos. Llama Fer para que colabore en la compra de zapatos para cumpleaños de Marga. Dice que son los mismos que lleva Nicole Kidman y que valen una pasta. ¡Por supuesto que colaboro! Algo de color en este enero insoportablemente gris y desintoxicado. Y pienso que entre el sexo y yo se está levantando un enorme muro, que no está saliendo el sol para nadie y que el deseo constante de mejorar no hace que desprecie en absoluto lo obtenido.

jueves, enero 12, 2006

Querida pantalla


Desde que me asomé,
por primera vez,
a ver qué tenías dentro,
hasta hoy, que te asomas tú
a ver que tengo dentro yo,
han pasado quince años.

miércoles, enero 11, 2006

Sonia




Ella decía que era sal gorda pero el gazpacho que un día me ofreció llevaba cristalitos. Luego confesó que se le había roto un cristal dentro de la batidora.

Sonia tiene el pie demasiado pequeño para lo alta que es. Eso le causa muchas y divertidas caídas y ciertos problemas de medida. Ayer me invitó a percebes. En esta dirección, en su demedida, hivió ¡dos kilos y medio de esos bichitos! Durante la cena, Pablo, su chico, introdujo una fabulosa línea de debate. El caso es que estaba la pareja en Nueva York buscando un sitio para cenar y Sonia se acercó a un indigente que desdoblaba cartones preparandose de este modo su cama. Le preguntó qué restaureante recomendaba. Pablo, cartesiano él, se debió quedar alucinado. Luego ocurrió la típica discusión de novietes.

Se defendía Sonia asegurando que ese mendigo podría haber sido perfectamente un ex ejecutivo al que un par de malos pasos le habrían llevado a la indigencia. ¿Por qué no iba a conocerse los restaurantes de esa calle?

¡Toma lección humanista!

lunes, enero 09, 2006

Eldilemademiamigo



Me termino la novela de Iván cuyo dilema es la libertad o el amor. No lo resuelve, ni en la novela ni creo que en su vida. Justo cuando la termino llama Bruno, al que últimamente he homenajeado cubriendo cómo sólo él es capaz de hacer, el chorizo y el lomo con un paño de cocina frente al habitual –y esto es una metonimia- papel albal que hubiera cubierto los encurtidos que mi empresa me regaló poco antes de señalarme que mi contrato deberá ser renovado a partir del presente año, mes a mes. Me dice que hay que estar atento a las señales. Algo le pasa, no estoy acostumbrado a escucharle estas cosas. Fue él quien me habó de alguien que se había muerto sin conocer el amor verdadero, supongo que hablaba del lírico, del que no se gasta con el uso, porque los amores épicos lo tienen fatal. Volviendo a Iván. Piensa que si le publican, su vida será mejor. Otro empeñado en vender su producto en lugar de cuidar su extraordinaria esencia.

Notoesmalo me trae de Tailandia un presentito. Ya lo sabes: me ha emocionado. Igual que la familia que me alquilé para pasar la última noche del año. Como la visita zaragozana de Santi , que de pura franqueza se le va a salir el corazón y a morir el matrimonio. Como los mensajes de Fer que en navidad se orientalizan.

Este año, por cierto, me conformo con no cometer errores.

Fiesta de treintaypicoañeras, sector discográficas, en casa antigua reformada con drogas blandas, revival ochentero y vino reserva...

martes, enero 03, 2006

Partido



Juegan tres contra tres y sólo paran si una señora con carrito delante y correteante niña detrás cruza el centro del campo imaginario. Tienen nivel; uno de ellos, chulín, saca la lengua cuando regateaba, tiene el culo bajo, será un buen central pero jamás llegará a profesional. Van 12 a 9, demasiados goles y alguno ya se ha picao. Uno se aprovecha para el regate con un chopo escuálido y marca gol. ¡A ver si cubrís, dice con razón el portero! Dos ancianos cruzan la medular. El partido está en las últimas.

Un niño con gafas de pasta es feo por fuera y bueno por dentro. Como un jamón. Hoy ha aprendido en los diagramas de Euler y de Venn la función unívoca y la distributiva. Bueno, muy bien, no la aprendido porque aún se lía. Piensa en que si envía su amor al de enfrente y le lanza una fecha, gracias a la matemática, quien la reciba le corresponderá. Así va lanzando flechas el niño ajamonado. Pero la función distributiva no vale para los humanos. Todos los actos de amor que envía le son devueltos y se clavan en su culo.

Una vez acertará, ganará el, ganarán las matemáticas y enseñará su culo a los que ya no tiene fuerzas ni para lazar flechas. Pasaron la vida devolviéndolas.

Al fondo, niña le mira. Ella elige

Querida Zelda

El especial 100 besos ya está a punto.

Hemos dejado 99 para tu chico y el que resta lo sortearemos entre los que admiramos tu eficacia y tu bandear y media docena de cosas más.

lunes, enero 02, 2006

Tiempo de deseos

Como estamos en tiempo de deseos yo voy a ciumplir uno de los más antiguos. Me voy a hacer un test como esos que hacía el ABC. He esperado años a que me lo hagan pero como no llega el momento me lo hago yo mismo con la ayuda de elquescomoyo:

Lugar y fecha de nacimiento: Tánger 10 de febrero 1973
Defecto que no soportas: la hipocresía, claro
¿Qué le pides a tu pareja?: sinceridad
Un lugar para vivir: Orlando
Un libro: El Quijote
Una película: El acorazado Potemkim
Un diseñador: de día Manuel Piña y, de noche, Gucci
Un personaje histórico: Jesucristo
El día más importante de tu vida: el nacimiento de mi segundo hijo
Estado actual de ánimo: tirandillo
Un restaurante: Asador Donostiarra


El otro deseo que tambien quiero cumplir es salir en una revista como uno de los hombre más deseados del año. Pero para eso... todavía me veo joven.