lunes, marzo 21, 2011

Jacques Henri Lartigue

Detrás del caixaforum hay unas calles estrechas, en terreno de nadie y una taberna blanca y azul. En domingo las parejas jovenes con hijo cañean a sus anchas aprovechando que no hay tráfico. Los niños juegan y molestan. Pero hay un verso suelto. Es tan guapo como el resto pero está solo. Ni chica ni hijo. Sólo lleva una lata de atún Albo. Viene del chino donde le ha enviado ella porque él nunca hace nada. Está relajado y se le ha olvidado comprar El País. Le espera una buena cuando suba.

Julien
Gracq escribe lo que fotografió Lartigue: Me asaltaba entonces el recuerdo -preciso- de una época desaparecida -la de antes de la guerra, de veranos más luminosos que de ordinario, en los que ya libaban débiles insectos de tela y de madera singularmente anticipadores, pero joven, alegre, oreada, azarosa, despegada como ninguna otra, donde las carreteras de Francia jamás se abrieron tan lozanas.

Joseba se lesiona en mitad del partido de tenis. Se sienta en el banco y consulta en Wikipedia las penas del lumbago.

miércoles, marzo 16, 2011

Prejuicios

Tenía sonrisa franca y sombrero singular. Tan majo que pensé que era un maricón borracho. Y como lecciones te da la vida, resultó ser un equilibrista que trabaja en el Circo Price. Australiano, me contó que el próximo jueves lo dejaba, que era su última función. Que sus mujer y dos hijos le reclamaban en las antípodas y tenía ya cerrado su nuevo trabajo como gardener. Nos tomamos unas cervezas en un antro que dejan fumar y compartes espacio con la prostitución de ballesta, algún chapero y travestis pacíficos que se convierten, horas después, en macarras peligrosos. Nos invitó a unas rayas pero declinamos antes de que esa noche corta se convirtiera en una mala canción de Sabina.

martes, marzo 15, 2011

Entrega camillera



Sobre el lecho camillero, mi masajista ciega y yo nos entregamos mutuamente. A ella le gusta probar todo lo nuevo, algo que yo también hago con frecuencia. Hoy me ha dejado adheridas a mi cuello-trapecio sendas tiras de color rosa bermellón que me dan cierto aire de deportista de élite. Debo llevarlas una semana.

También debuto con un plato perolero: judiones de la granja con conejo. Todo va según lo previsto....

...como Bolaño. Quizá no haya leído nunca a alguien que escriba tan bien. Su descripciones humanas son impecables y por sus novelas viajan, encadenadas, biografías singulares. Maruja Torres, cuando tiene tiempo, cuenta más en una columna que Bolaño en 1500 páginas.

viernes, marzo 11, 2011

Roomba

Nos hemos conocido hace poco y no ha sido fácil. Incluso Manuel tuvo que mediar en nuestra incipiente relación. Los dos hemos tenido que ceder hasta que hoy, al fin, ha llegado el etentendimiento. Roomba, el aspirador inteligente, ya rastrea mi casa y se ha convertido en el terror de las pelusas. El sonido, como la magdalena de Proust, me lleva a la infancia, a los días felices de reyes y a aquellos juguetes de motorización incipiente. Aquellos días donde no faltaba de nada, excepto libertad y ternura.
Escuchar a Roomba da una felicidad sólo comparable a cuando consigues que el pescatero te dé unas espinas de rape gratis y, fuerzas la máquina, y le sacas dos cabezas de besugo también.
Además de mi nuevo amigo he hecho las paces con Fairy y con Colón, dos productos que nunca debí mensospreciar en aras de una clasicismo retro (mistol/ariel) mal entendido.

Y ahora el gran hallazgo: desde ayer lleno los ceniceros (seis o más) con tierra perfumada para que los gatos meen o lo que sea. He aquí la solución a todos los olores.

Personas

Cinco o seis personas de las más importantes de mi vida nacieron en esta semana de marzo. Varias permanecen, alguna desapareció y otras murieron. Todas están por aquí, en el interior, rondando.

miércoles, marzo 09, 2011

Irene

Irene tenía los ojos verdes y sus tetas descansaban confortablemente sobre su pecho. Dos masas armónicas, hogareñas y pacíficas aguantaban a duras penas la gravedad. A ella no le gustaban. A mucha gente sí.

El último hombre le había dicho: no encontrarás nada mejor que yo, así que más te vale que me aguantes. Su instinto maternal estuvo a punto de jugarle una mala pasada pero se revolvió. Cambió a aquel chulo por un deportivo de gama media y entró en los libros de Auster, primero, y de Murakami después. Últimamente era fácil verla yendo al trabajo en el cercanías leyendo también a los del XIX entregando su cuerpo al balanceo ferroviario de cada día mientras soñaba con un crucero de singles para el puente de mayo.

lunes, marzo 07, 2011

Suplementos

No creo que el contenedor de vidrio nos vaya a sacar de esta.
Ian McEwan
Sancho, pues queréis que se os crea lo que habéis visto en el cielo, yo quiero que vos me creáis a mí lo que vi en la cueva de Montesinos. Y no os digo más.
Cervantes
Nadie puede bañarse en lágrimas dos veces
en el mismo aeropuerto.
Luis Gª Montero
Para saber de mí
hago la noche en casa de un amigo
Luis Gª Montero
La combinación de su belleza con una dotes intelectuales igualmente extraordinarias cautivaba de inmediato a artistas e e intelectuales; al punto que, según se decía, quien la conociera traería al mundo una obra en nueve meses. Nietzsche, Rilke y Freud, por ese orden, mantuvieron con ella una intíma relación.
Antonio Puente sobre Lou Andreas Salomé

jueves, marzo 03, 2011

Soy yo

Está en la cama, tapada. Se levanta hasta donde está la cafetera con café templado que bebe en vasos de chupito. Vuelve a la cama dentro de su pijama. Suenan los trabajos de Mozart para piano. Está leyendo un libro de Unica Zurn y no lo suelta. Sale a fumar al comedor para no ahumar su dormitorio. Han llamado a la puerta; es un cartero corpulento con un telegrama delgado. Firma donde le dicen. Vuelve a la cama y se deja rozar con el algodón de su nórdico pesado y confidente. Pide que no salga el sol. Quiere que el día sea color gris acera. Tiene suerte: caen unos cuantos copos de nieve y desde la cama imagina que alguien, con los pies, dibuja un corazón con su nombre sobre un campo de baloncesto nevado.

Se tapa por la nieve, no por el frío, y decide que leerá hasta que pare.

Yo es que soy muy de magnolios

1Q84 quiere ser Millenium pero Murakami lo hace mucho peor y sin gracia. Esto es lo único que he subrayado tras cuatrocientas páginas: Los cerezos se desojaron, asomaron nuevos brotes, los magnolios florecieron y la estación dio paso a una nueva etapa. Los días trancurrían en orden, con normalidad, como si nada. Aquella era, precisamente, la vida que Tengo deseaba: en la que una semana enlazaba con la siguiente de manera automática, sin interrupciones.
Mis zapatillas domésticas compradas en Muji se han roto antes de su primer año en lo que es el segundo fraude japo-nés-del-més.

Relación de pequeños electrodomésticos que comparten piso conmigo desde el último año: máquina cortapelo, kettel, raglette, fondue*, aspirador inteligente, dvd, disco duro portátil, disco duro multimedia, taladro (de gárgara), batidora americana, batidora española, exprimidor, minicadena, aplicador de masaje, ionizador-humidificador, peso, codificador imagenio, ventilador, impresora. Todos ellos comparten el mismo representante y temo una ¿asonada?. Quizá por eso no me atrevo a comprar la sandwichera, que tiene madera de líder.

Mi academia de inglés no permite comunicarse con ellos a través del teléfono. Exigen mail.

*He considerado fondue como electrodoméstico anque no tenga cable