Los puntos cardinales

Al oeste, si me asomo al balcón, es dicir, abajo, veo marginales chinos que se hacen hueco entre marginales nativos y andinos. Venden lo que pueden; pañuelos, abanicos, colgantes, gorras con la bandera española y el arco iris y, supongo, alguno venderá chocololate. El chino lleva producto seguro: las cervezas.

Al este crece el mercado de San Antón. Enladrillado como el cielo del trabalenguas se hace hueco entre las azoteas y colofones de los edificios de Gran Vía. Cuando se abra compraré almejas y bígaros, quesos varios y, si tengo suerte, alguna liebre. Seré mucho más feliz compartiendo el aire con tanto producto.
Al norte está la plaza, carne de turistas y de maricones de extrarradio. Algún yonki rezagao golpea las cabinas en un revival ochentero. Por la mañana, tras desayunar en el comedor social se pimplan una buenas sanmigueles de medio litro.

Al sur está mi vecina con la comparto vestíbulo. Insonoricé la casas para no molestarla y dios me ha premiado con una vecina que pone la tele a tope desde las 9 de la mañana hasta las nueve menos cuarto del día siguiente. La pared insonorizada me libra de sus molestias y me da una baza para discusiones posteriores

cine de domingo

En El manantial, ella se queda tan prendada de Gary Cooper, tan terriblemente enamorada, que sale corriendo; desaparece para no perder su libertad. Indiscreta no es melodrama pero Cary Grant y Ingrid Bergman están mayores y se aman como cuando eran jóvenes. A ella le brillan los ojos como en Casablanca, como cuando era joven.

Dice Blas que en Madrid hay mil tabernas compitiendo con las misma carta; bravas, padrón, oreja, croquetas, etc. Concepto zoco. Tiene razón; como casi siempre.

Tengo dudas respecto a minimal. Según mis informes es una reducción a lo esencial pero con alto contenido intelectual.

¿Qué pasaría si se educase a los niños en la creencia de que la vida no tiene trama?

Ella

Yo, como anarquista, es una frase que pronunció en el minuto 3. Luego, cuando hablabamos de política, llamaba a LLamazares , Gaspar. Lleva los billetes sueltos por el bolso y ha vivido cinco años en Noruega
Acaba de irse de casa -inmaculada- y me ha dicho: -llámame, que yo soy la rara

este verano

He aprendido mucho más de una entrevista a Llongueras que un artículo de fondo de Borja Villel. El segundo emplea palabras como telúrico o identitario. Creo que es un mal burócrata y mala persona. Con el primero comparto sexualidad y me cae bien.

La exhibicionmista de enfrente me ha ganado. De ser un asunto simpático en mi vida se ha convertido en algo turbador. Básicamente porque me ignora.

Este verano de rutinas me está llevando a lugares absolutamente excepcionales. Soy muy feliz