Días que pasan

Hay días que te los hacen los demás. 

Por ejemplo, ayer, sin pudor, quise tirarlo; estuve en pijama hasta una hora inmoral, convencido de que los días se pueden descartar, que no pasa nada por pasar de largo sobre él sin mirar atrás. Pero todo se precipitó, la comida griega con hummus y risas, la sobremesa con whiski y amigos, la tarde, el sms sorpresa y la cena japonesa. La ilusión del trabajo nuevo y ella, la cama, los abrazos a mil y Timber Timbre derramado en la noche del amor amado.

El director del cine Doré

De vez en cuando, en la Filmoteca se puede ver cine mudo acompañado de un pianista en la sala. Es un placer. Hace tiempo que sé que los pianistas no cobran por ese trabajo, y los traductores simultáneos prácticamente tampoco. Músico y traductor son dos de las profesiones más cualificadas que conoczo y ocupan toda la vida de quienes las practican. Ayer, un tal Antonio Santamarina, director del cine Doré, en la presentación de una restauración de Murnau "se solidarizó con sus compañeros de la filmoteca valenciana, alguno de los cuales va a ser despedido". Hay que tener poca vergüenza para hacerse el comprometido progre teniendo a un pianista a tres metros al que no le paga y pagando una miseria a los traductores. En realidad, lo que hay que ser, es un auténtico capullo.

Louise Bourgeois

Louise Bourgeois tuvo un affaire con Lacan del que nació Pedro Almodóvar, entre otros. Ana Botella se quiere beber Madrid en una olimpiada con descuento para los ludópatas, y Javier Marías ha recogido el premio a la queja permanente. En lo retratos del Pompidou no he visto a Ferranadriá frivolizando ente fogones. En Francia no cuela. 

Un ciego se golpea contra una furgoneta aparcada en la plaza de chueca y la emprende a bastonazos contra el aire.    

Todo es tan terrible.  

Saul Below, como buen intelectual judío, viene en mi ayuda "el gran peso de lo que callaban les dejaba poco que decir."

level

El nivel es mucho más que el estilo. Es lo que detecto aunque no conozca "lo" que tengo enfrente. El nivel es lo que primero que se ve; decenas de personas que lo llevan tan visible como una corona de melchor,  un hombre anuncio o el logo de un desodorante con el 33% gratis. Ahí está: a la vista de todos, enhiesto, rotundo. El nivel, pocas cosas me interesan tanto como eso.   Es coger el coche e ir a por ti si has pinchado; hacerte una transferencia al país donde estés, recomendarte a un@ chic@ guap@ o a un trabajo.  Es más que el estilo y, el estilo, también está carísimo.

Si fuera químico haría formulas. El nivel es la franqueza, más la empatía, menos el egoísmo más el bagage menos la vanidad más el amor altruista y gratis. Podría dividir al mundo entre los que lo tienen y los que carecen de él.

El nivel es una autentica fiesta. Te lo recomiendo

Las tomas

Ni mi made ni yo ni mi hermana 
sabemos hacer lentejas; 
ahí lo dejo

Sentido del humor

Acodado en el piano del Tony 2 pensaba yo en alto: "a las pijas les da igual si sus novios son guapos o feos. No buscan la belleza". Acodado en el piano del Tony 2 contestó Blas: "lo que buscan son líderes".

Unos días antes escuché las dos últimas chorradas de Fer cuyo talento se pierde como la espuma de la cerveza que sobra las cervezas: "tu tara me suena" y "Adeslas venir".

Ayer mismo, Jesús hablaba de una escritora a la que admiraba sobre todo "por haber sido acusada de tenencia y tráfico de drogas". Razón de más para admirarla, añadió Blas sin mover el entrecejo. Después comentó unas cuantas cosas sobe pezones y pezoneras, uno de sus contenidos favoritos. 

Por mi parte apenas me salen buenos chistes. Pero la gente se sigue riendo cuando hablo en serio. Algo es algo.

Hablando en serio: ¿cuánto tiempo se puede mantener una amistad sin que una de las partes se abra en canal y saque toda su miseria y te cuente sus debilidades y la veas flaquear y no oculte su desesperación? Creo que no mucho.

El cesto y el sillín

 el cesto que iba encima de la rueda parecía su sombrero; ahí colocaba las soledades que iba recogiendo, algunas de ellas desvitaminizadas. En cada bache saltaba una y se ponía a conducir la bicicleta y él volvía al cesto. Y así sucesivamente, rueda que te rueda, intercambio sin fin.

Mami

me ha regalado esta joya. 

A partir de hoy me referiré a la pieza como "el buffet". 

BALZAC, EL PITONISO

Hace dos años leí un relato de Balzac en el que que anticipaba la mayoría de las vanguardias que llegarían un cuarto de siglo después. Hoy he terminado El coronel Chabert donde anticipa todo lo demás. Por ejemplo, el psicoanalisis y las relaciones laborales:

Estaba aquejado de una de esas enfermedades para las que la medicina carece de nombre cuya sede es en cierta forma móvil, como el aparato nervioso, que al parecer es el más atacado de todos los de nuestra maquinaria, afección a la que cabría denominar el spleen de la desdicha.

Hay en París muchas mujeres que a semejanza de la condesa Ferraud, viven con un monstruo moral desconocido o bordean un abismo; se crean un callo en el lugar que tienen el mal que les aqueja y pueden seguir riéndose y divirtiéndose.

¡Vln!

 

Debajo de casa había un ultramarinos: latas de atún, vino, arroz, y eso. Cuando abrieron El corte Inglés, solo por agradar, le dije a la cajera, : "os van a fastidiar estos ¿no?" Ella, con la suficiencia que da la ignorancia y la estupidez me dijo: "a mí me la suda: por mí que hagan lo que quieran". Andaba la chica hoy por el barrio, la que nunca me dio una sonrisa, con la cara triste y la cabeza baja. Ha cerrado el ultramarinos y ella tenía cita en un sindicato. Vale. La próxima vez sé un poco más maja con los que te habríamos apreciado. 

No hay distancia en el universo mayor, que la que separa a Balzac de Angels Barceló, entre la profundidad y lo superficial más manresano. Entre la calidad y el provinicanismo. Cuánto daño estéril, querida, generas por imaginar que tu coño es más grande que el Stromboli.

Se ha casado J. Estoy con él. Ahora mismo.

creadores de lo tuyo

Nunca en mi vida he tenido la sensación de estar acorralado, aunque, como todos, he tenido problemas laborales, sentimentales, judiciales y familiares. Debe ser que nunca se ha juntado en el mismo tiempo y que solo entonces uno siente que no hay salida. Si algún día estoy así leeré otra vez El hombre del traje gris, de Sloan Wilson. Como buen americano consigue que empatice plenamente con su protagonista acorralado, y me alegre cuando tiene buenas noticias tanto como si me las dieran a mí.

William Blake es a la vez abismal y delicioso. Un ejemplo clarísimo de mirada gay, aunque no hay datos de que su orientación sexual no fuera la "habitual". En sus biografías lo pintan como beatillo. pero tampoco me lo creo.

En la Fundación Mafpre de General Perón hay otra fotógrafa cuyotrabajofuevitalparaeldesarrollodelafotografíamoderna: todos mis respetos para ella y para una disciplina insoportablemente profusa en cuanto a los frutos, quiero decir a las fotos.