martes, febrero 26, 2013

Goya y Tarantino


Ponen cara de asombro falso con gestos propios de quienes se han conocido esa misma mañana, quizá en el autobús que viene de Barajas, quizá en el propio hotel. Intercambian  frases hechas en inglés vestidos desigual, con rostro desigual, desiguales en su parecido miran la explanada del Palacio Real con un sol de frente que sacan gafas de todo tipo y condición de los bolsos de las señoras que andan por ahí.

Dentro, me dejo impresionar por mi paisano a quien tengo la sensacion de haber conocido un dia en una fiesta cualquiera, en una comida y haber intercambiado con él algunas palabras sobre Zaragoza. Miro el arbol genealógico de los Borbones donde anda el infante don Luis que si no era marica era un crápula y si no, pues me equivoco. Acompañado del entusiasmo ajeno es como se debe disfrutar de una exposición; de Goya también.

"Tenía mi curiosidad; ahora tiene mi atención" es una línea de diálogo de  Django desencadenado. Una película que ofrece una visión refinada y deliciosa sobre la historia de los USA. Nadie trata la historia y la contemporaneidad de los suyos como Tarantino.

Creo que ya estoy construido.

domingo, febrero 10, 2013

Ximena y yo

Oh! 
hermosos 44; los puntos colgantes de mi implante son puntos, esta vez, de partida. 
Detrás, a escasos mililitros  anda por ahí, con sus labios rojos, esperando, un amor incondicional. Como el mío. 
Soy mucho más feliz de lo esperado.

miércoles, febrero 06, 2013

Vaya morrro!



Ójala para mi cumpleaños 
alguien tenga la ocurrencia 
de regalarme 
un riego por goteo para mis balconcitos.

viernes, febrero 01, 2013

King

Me gustan los americanos que, pasados los sesanta, siguen vistiendo como si tuvieran veinte. Me parecen atractivos por esa mezcla de irlandeses y judíos y buenas matas de pelo. Me gusta la gente que habla con pasión y sabiduría de su trabajo, aunque el tema no me interese en absoluto como son las películas de terror. Por eso he visto un documental magnífico y he descubierto tarde que quien hablaba era Stephen King. Ha sido capaz de impedir mi siesta. Me ha dejado con la boca abierta. Para terminar le han preguntado qué película se llevaría a esa famosísima isla desierta a la que siempre se alude. Casablanca y Ciudadano Kane, ha dicho.
Como yo.