Goya y Tarantino
Ponen cara de asombro falso con gestos propios de quienes se han conocido esa misma mañana, quizá en el autobús que viene de Barajas, quizá en el propio hotel. Intercambian frases hechas en inglés vestidos desigual, con rostro desigual, desiguales en su parecido miran la explanada del Palacio Real con un sol de frente que sacan gafas de todo tipo y condición de los bolsos de las señoras que andan por ahí.
Dentro, me dejo impresionar por mi paisano a quien tengo la sensacion de haber conocido un dia en una fiesta cualquiera, en una comida y haber intercambiado con él algunas palabras sobre Zaragoza. Miro el arbol genealógico de los Borbones donde anda el infante don Luis que si no era marica era un crápula y si no, pues me equivoco. Acompañado del entusiasmo ajeno es como se debe disfrutar de una exposición; de Goya también.
"Tenía mi curiosidad; ahora tiene mi atención" es una línea de diálogo de Django desencadenado. Una película que ofrece una visión refinada y deliciosa sobre la historia de los USA. Nadie trata la historia y la contemporaneidad de los suyos como Tarantino.
Creo que ya estoy construido.