miércoles, abril 29, 2009

Cosas que pasan


En
Nocilla dream de Agustín Fdez. Mallo
El primer poema que Hanah, en su Utah natal escribió fue éste:
The content of this poem is invisibible:
exits but can´t see it.
The author even doesn´t know it


En Muerte; el alto coste de la vida de Neil Gaiman, un personaje, solista en un concierto, presenta eltema que va a tocar de la siuguiente manera:
Eh... Buenas noches. Esta canción se llama El sueño de donna.
Va de unas personas que conocí. Al menos una está muerta


En Cervercería Estoril, en La antilla.
Él preguntó si la navajas estaban buenas, realmente buenas, y el camarero afirmó. Las navajas estaban malas y él se lo dijo al camarero, incluso le mostró una de un color negro insoportable. El camarero retiró las que quedaban, la mitad de una docena. La cena siguió. En la cuenta el camarero no había incluido las navajas. Él dejó una propina generosa. No hicieron falta palabras. De haberlas incluido (las palabras) todo habría salido mal.

martes, abril 28, 2009

Conversación en el cuarto de baño de la 170 del Lepe-Mar


Oye, yo por la noche hago pis varias veces y no tiro de la cadena; por ahorar agua, claro.
¿Por ahorrar agua?
¡Claro! Y por no hacer ruido a esas horas, que soy bastante silencioso
No sé... eso de ahorrar agua es como de los ecologistas que habábamos antes
Y también por lo del ruido. ¿Te molesta entonces si no tiro?
Hombre, la verdad es que antes me he fijado que había algo de espumita.
¡Entonces te molesta! tiro de la cadena y ya está.
No sé...si fueramos a vivir juntos igual sí pero aquí, la verdad...
Lo que sí que está mal es lo de las gotitas en el suelo. Mira siempre se quedan algunas.
Ya... hombre, yo lo limpiaría con un poco de papel higiénico y tal.
En esto tienes razón.

Él limpia el suelo donde brillaban unas gotitas de pis.

viernes, abril 24, 2009

El mar de la vida



En una gamba roja de huelva, yo, tripulando en su cabeza bien agarrado a sus bigotes y mi amigo, en la cola, dejándonse cosquillear por las patitas del ¿crustáceo? surcaremos el mapa ibérico hasta tocar fondo en el Hotel Lepe-Mar, náutico y austero. Mi amigo, en su heterosexualidad extrema, tiene más de gran dama que de gran señor y por diferentes caminos los dos somos capaces de todo. Cuando aparquemos la gamba, una estrella de mar regulará nuestro estacionamiento por si nos pasamos de la hora. Los caballitos de mar serán multados porque, como en las vespinos, sólo se permite circular con un tripulante, y unos chopitos se retorcerán de dolor en una freidora de la isla de Elba, donde extraditan a los valientes, aquellos seres capaces de romper su destino.

Dice Loriga que hay un libro precioso que se llama Veinte mil leguas de viaje submarino. Trata -según él- de un mundo que hay debajo de mar, pero a esa profundidad no hay nada. Y cierra:

todo lo que había debajo del mar lo puso Julio Verne. Hasta el último pez.


martes, abril 21, 2009

martes

A Olavide bajan las señoras de por ahí de toda la vida y pagan con las bolivianas, ecuatorianas, peruanas y alguna dominicana los rencores acumulados dando así algo de aire a los camareros, objetivo no hace mucho de sus malos modos, justo antes de que los Andes pusieran su pico en Madrid. También, las señoras, hacen ruido pon las sillas de hojalata.

Las madres jóvenes, carrito en mano, se desescuchan hablando de maridos y niños y confían su suerte a unas enormes gafas de sol, generalmente negras. Una francesa y un americano intercambian sus lenguas vistiendo así un poco el audio de la plaza, que tira a bohemia pero hace años que no lo fue.

En los bancos no hay que consumir y se está en cierto silencio. Hay mujer con portátil y viejo sin plan. Pronto volverán los niños del colegio.

lunes, abril 20, 2009

Ya solo habla de amor

No se puede mostrar la imagen “http://1.bp.blogspot.com/_mvWQAE-vUTg/STaEVbq3a_I/AAAAAAAAAB4/65ukatvmxWk/s400/RayTatuajes.jpg” porque contiene errores.
En la Nueva Malasaña las dependientas salen a fumar sus cigarrillos a la puerta porque los modernos no compran a esas horas, las de la mañana, porque prefieren ir al Rincón a ver qué pasa y lo que pasa es que se ocupan las mesas de uno en uno y las miradas no se cruzan porque eso no mola a esas horas.
En Chamberí, en la plaza, un vagabundo guapo y guiri le da unas migajas a las palomas. Los dos saben lo que es vivir de las migajas, aunque el vagabundo -es posible, se lo buscó.
En Españoleto, una ejecutiva revisa su currículo y hace tiempo hasta la entrevista. Tendrá que defender antes su aspecto. Y si no la cogen le harán un par de bromas de mal gusto.
En Rotterdam, mi supermercado, compro una lata de Cidacos. Hay momentos en la vida en los que uno debe empezar a comprar tomate entero pelado.

Dos horas antes del tomate empieza una novela así (en el Rincón):

"Se ha vuelto loco", dijo su portera al verle salir, cabizbajo y ensimismado, con la apariencia esquiva y el caminar acelerado de un hombre que ha contraído deudas imposibles de pagar. "Está siempre solo", añadió con enorme disgusto las dichosa portera, para después forzar una pausa que presagiaba un juicio definitivo, "...y sin embargo, se le ve estúpidamente contento, y además, ya sólo habla de amor".
Ray Loriga

Sólo habla de él.

martes, abril 14, 2009

Claro de luna

http://4.bp.blogspot.com/_QtehD6UblnM/SU1DOfszRqI/AAAAAAAAAuE/zVejZmua-tw/s320/CLARO+DE+LUNA+DEBUSSY+PARTITURA.bmp
Unas gotas de amor caen en mi facebook y en Las Vegas preparan una corrida de toros. ¿Cómo no se me ocurrió a mí? Trabajo por la mañana y
mañana no volváis. Como siempre, los únicos trabajadores cualificados somos los primeros en salir des- pedidos. Se quedan los de los números y los mansos. Alberto tendrá que compartir sus avances musicales con otro. Sin noticias de dios ni de la India. Volver a casa en el 16 con Paco por la tarde. Un poco de yoga y de House es mucho. Uno de sus personajes aspira a que su vida de un giro por completo en un solo día y, además, comprenderlo. Me conformo con lo primero. Barbara, que por circunstancias, dejará de organizarnos la vida cultural por un tiempo. La llamada de Guillermo, la de los martes y una ensalada campera con bien de lecitina de soja. Toni Soprano, que se lleva su serie a una autedestrucción excesiva. Debussy, el que trajo Margarita, reaparece. Ana merece un esfuerzo. Joseba buen smach y alma gemela, también mañana. La cámara que compre en Hollywood busca una foto de 1200 euros. Jero no hace huecos para nadie pero a veces llama, como hoy. Una cartera de Hugo Boss en mi culo mientras John Cheever sigue esperando a que lo termine, como yo quiero terminar con él. El Zaragoza que no sube del todo.

Este diario, que no cuenta mentiras pero esconde las verdades.

Así girando todo en el sentido de las agujas de reloj.
Confortablemente estancado

domingo, abril 12, 2009

El japonés

La crisis de los treinta le llegó a los treinta y cinco y, la de los cuarenta, a los treinta y seis
Tiene a sus hijos y a su mujer, claro. Hoy es domingo y come sólo. Aprovechando el humor neutro de ella y la presencia de su suegra no sube a casa tras una mañana de deporte. En el Nagoya, un japonés cercano a a su trabajo, come como si fuera martes: pide miso, maki y sahimi y mira a las parejas de jóvenes agrupadas y sin agrupar con estudios terminado ya disparados en el inicio de su carrera profesional. Están tan cerca de él que se siente partícipe de esa conversación. Las miradas de amor son las que le quedan lejos; no salen de la mesa. Se siente rebosado por la juventud de ellos pero le da igual. Al menos maneja los palillos, esta es su única ventaja.

Anda por ahí una familia como la suya.

Ella no ha encontrado a nadie. Tiene 33 y no tiene prisa. Baja sólo con el EPS y lo ojea. No mira a nadie ni devuelve las oferta de mirada. Es seria y trabaja duro. Pasa los fines de semana en meetic.com sin ardor ni furia retrasando para más tarde el placer garantizado si es que esa persona diferente a la que busca fuera capaz de darle placer. Su madre le deja en paz y ella sólo espera. Está libre y cuando aparece un recoveco de tristeza se lo quita como si fuera una manchita de chocolate. Ha pedido miso, maki y sahimi.
Le lleva una gran ventaja.

miércoles, abril 08, 2009

La caja

Al volver a casa o al salir y, sobre todo, cuando tiene un montón de tiempo libre por delante piensa en la intensidad de sus días y de sus noches. En la causa y en las consecuencias de ésta. Está cansado de tener siempre fuerzas, de cocinar comida sana; cansado de no poder entregarse a una hamburguesa repugnante y nociva. Cansado de temer a la vida y de temer a la muerte. Extenuado, libre, pero extenuado.

Extenuado mira de reojo a una torreta de libros sin leer, un mapa político de lugares que no conoce, y de frente, su cuerpo. El espejo devuelve cierta dignidad que impide el abandono. En cada uno de los escalones que llevan a su casa recuerda algo que pudo hacer mejor hace años y de algo malo previsto para mañana. Sin tocar fondo ni techo, a golpe de biografía, cruza los años y la vida, la propia y la ajena, sin fuerzas para ser mejor, sin fuerzas para destruirse: en mitad de dos polos opuestos piensa que flota en un aire demasiado contaminado, y desea caer, al menos un rato, y poner su mejilla sobre una bella mujer austrohúngara con abanico, licenciada en cualquier ciencia lejana, aporcelanada y tibia. O poner su mejilla sobre la alacantarilla de un Boxing Club de cualquier barrio de una ciudad dormitorio de esa capital que le ha financiado los sueños , su desgaste, la belleza y su vida.

Con una caja llena de cosas que no sabe dónde poner.