viernes, noviembre 28, 2008
jueves, noviembre 27, 2008
Estoy curado
Una bola de ansiedad situada entre mis dos pezones desaparece...En casa, de noche, me he emocionado con Keith Jarret y me he olvidado de dónde estaba
El profesor de yoga me ha puesto de pareja con un señor mayor. Somos los pesos pesados de la clase. El profesor de yoga me ha llamadao por mi nombre. Sí; ¡el profesor de yoga ya dice anTón! Pero esto último es lo de menos
martes, noviembre 25, 2008
Yoga
Cuestión de interruptores
Como Javier, estoy perdiendo memoria. Él se la deja en las maratones; yo, probablemente, en los bares, que, como dice Marcos, están llenos de falta de amor.
En la mesa de enfrente dos chicas toman sendos cosmopolitans. Se han puesto muy guapas. Ellas creen que para gustar a los chicos. Pero se visten así para seducirse la una a la otra.
Nada tan cierto como la insignificancia del término pija. Me gustan las pijas; es mi mayor certeza.
Hoy he debutado en el sector tintorería. El dato no es baladí.
miércoles, noviembre 19, 2008
Sputnik, mi amor
lunes, noviembre 17, 2008
Me cairo
En el Cairo te pican los ojos por la contaminación y huele regular, pero no a pobreza, y hay oficiales de blanco que custodian oficinas postales, dulces bocinas de coches tan viejos como el mío y rascacielos alejado cortésmente del río Nilo. Pañuelos, esencias y especias, basura, burdeles, lascivia oriental, edificios comunistas, ritmo.
En una generosa ensalada creativa nos revolvemos los viajeros dando nuestro mejor sabor poco antes de salir a comprar unos souvenirs que no necesitamos.
Murakami me da vida y me humaniza. Daría mucho por ser humano y no una peonza que gira sobre neurosis de madrugada y matinal sobre la inteligencia peor entendida
jueves, noviembre 06, 2008
gárgara dijo
...El príncipe fue proclamado emperador. El mismo día se casó con la princesa. Se celebraron grandes fiestas. Quince días permaneció Pinocho en Pekín, siendo agasajado y festejado por todo el mundo. El emperador le había tomado tanto cariño ... pero Pinocho comprendió que su misión había terminado y que debía regresar a España para emprender nuevas empresas...Chun Kin V le regaló, en prueba de su amistad, un precioso biombo. Cuando Pinocho volvió a Madrid y referió sus aventuras a los amigos, estos se burlaron de él, diciendo que todo lo que contaba era un cuento chino y que el biombo lo había comprado en el Rastro. Pero Pinocho sonreía con desdén porque sabía que en todo tiempo el genio ha sido incomprendido.
fragmento de "Pinocho en la China" de la Ed. Saturnino Calleja, Madrid 1932
miércoles, noviembre 05, 2008
Un cuento chino
Director de programas, audiencia, audímetro, entrevista, opinión, mediático, ejecutivo, productor ejecutivo, director de antena, formato, programa, Mercedes Milá, tendencias, Cannes, curva, producción, los buenos profesionales, guionistas, contenidos, puestos intermedios, creativos, coordinación, las tormentas de ideas, directores de contenidos, Sardá, el talento,
martes, noviembre 04, 2008
En el centro del vacío hay otra fiesta
En la desigual batalla que los hombres libran con la vida, esta última se cobra una venganza suave, a veces injusta, siempre interesante. Otras veces, en cambio, te subes a un avión y te vas a bañar al Nilo un día cualquiera de noviembre, poco después de una clase de yoga, y de hacerte una ensalada de berros y de leer a Vila-Matas, que derrocha literatura por fuera y algo de trampa por dentro, y te hace pensar cosas como estas y copiar versos como los del título de este post. Y también -con el evocar como arma infalible-, te anima no romper el lápiz.
Cuando María, una mujer a la que realmente amé y me cambió por otro, me cambió, me regaló Los muertos de Joyce. No recuerdo nada de aquel cuento pero Vila Matas me refresca el final: De nuevo nevaba. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos.
Tampoco entiendo a mis amigos, pero mientras comía en la neo Malasaña viejo-moderna con uno de ellos disfruté de la amistad mientras dos camareras salidas de una novela de Miguel Delibes, buscaban y evitaban a la vez, algo en nuestras miradas.