domingo, abril 30, 2006

Pues eso...

Patrick Conway, un caballero del siglo XVII escribió en su diario en 1800, en el transcurso de una visita a Brujas: "Me senté en el muro de piedra y contemplé un grupo de cisnes, una altiva armada que avanzaba siguiendo las curvas del canal y se fundía con el crepúsculo mientras sus plumas flotaban en el agua como si se arrastraran las colas de níveos vestidos de baile. Me recordaron a hermosas mujeres; pensé en Mlle. de V., y experimenté un intenso estremecimiento, un escalofrío, como si hubiese escuchasdo recitar un poema o tocar una música sublime. Una mujer hermosa, bellamente elegante, nos impresiona como una obra de arte, cambia el talante de nuestro espíritu; ¿es esto un asunto frívolo? Yo creo que no."

viernes, abril 28, 2006

¡Bravo!

Dejaré mi tierra por ti
Dejaré mis campos y me iré
Lejos de aquí
Cruzaré
llorando el jardín
Y con tus recuerdos partiré
Lejos de aquí.

jueves, abril 27, 2006

Pan, circo y tranchettes



María me dejó en el 95.
Se fue con otro y a mí me hizo sufrir y me cambió la vida. El karma nos une una vez a al año y cuando nos vemos nos ponemos colorados. Ayer la encontré en un bar tan guapa como siempre. Ella no me vio; se puso al lado y hablaba demasiado y deamsidao alto. Se dedica a vender y eso se nota.
Otras dos Marías figuran en mi vida y tampoco me quieren querer, pero no lo consiguen.

A esa cervecería llegó Laura, ex compañera, gran mujer y campeona del mundo de Hapkido (o similar) Trajo de Corea la medalla de oro (o similar) del campeonato; me emocionó. El día de antes estuve en un show room de ropa asiática. Una chica se había ido a Vietnam y había traído ropa bonita para venderla aquí. No sé... me pareció algo antiguo el concepto. Y más si lo comparas con la medallista.

El lunes, cuando mi dentista extrajo las raíces de un vieja muela del juicio, le dije: -ha sido un poco traumático. Ahí entendí la dimensión exacta de esta palabra. Por la noche me acordé de poner la tele y asomaban Calle Mayor y El expreso de Medianoche, dos películas tan traumáticas como mi extracción, que no mi extracto de movimientos que cada vez demuestra mayor madurez del titular de la cuenta.

El otro día confundí un tranchette con un post it y apunté sobre el queso plastificado un teléfono. Me reafirmó en mi librepensamiento que choca con ese chismorreo cotidiano y pueblerino encaminado a que las personas salven su culo mientras el barco se hunde, algo realmente estéril, como mi tos.

Estaba pensando que mi vida laboral se resume en dos palabras:
pan y circo.

jueves, abril 20, 2006

circunstancias



Llega un momento en la vida de las camisetas de H&M que dejas de colgarlas con pinzas y permites que la cuerda divida la prenda en dos partes a la altura del el pecho. A Felipe González le han crecido las orejas y todavía es capaz de poner nervioso a Carlos Boyero y a Jesús Quintero que se lleva mucho mejor con la franqueza de Charo López, mujer que todavía duda en las respuestas.

Dice Greta que para tomarme en serio tiene que estar muy concentrada; hoy he subido a por bocabits con ella y con Diana. Las dos se van. Me quedo como se quedan los niños cuando sus marionetas favoritas desaparecen de un golpe de muñeca seco de cualquier teatrillo. Sólo espero que vuelvan, de vez en cuando, con su belleza de trapo a recibir los aplausos de crítica y público. Nos quedamos sin dos voces llenas de luz, sin su amor y sin su belleza parsimonial y completa. Pierdo dos motivos para venir cada día.
Las dos estarán mucho mejor sin nosotros.
Nosotros, mucho peor.

El otro día una gaviota, sobrevolaba mis sueños en el Cabo de Peñas, precisamente.

martes, abril 18, 2006

Rigurosamente cierto

Había prometido no consumir medios de comunicación durante las vacaciones. A cambio leía a Paul Auster con quien coincido en que la memoria y el azar son los dos pilares de la vida. Pero en alguna barra vi la columna de Paco Umbral y no me pude negar. Estaba dedicada a María Asquerino. Llevaba años sin oír un nombre que siempre que leo me recuerda a mi madre. Me pasa igual con Lee Remick. Terminé el café y la columna pero no pude enterarme si María Asquerino había muerto o no. La última metáfora de Umbral dejaba abierto el desenlace. Imaginé que sí y lo sentí, como sentí también la muerte de Rocío Dúrcal.

El día pasó entre paseo, sol y almendras...y llegó la hora de cenar bien. En La Antilla había unos quince restaurantes y los recorrí todos; tenía tiempo y no quería equivocarme. Acerté en la elección y disfruté de un magnífico guiso onubense, (garbanzos con choco), pez espada a la plancha y un postre pacífico y dulce.

Pagué y me puse en pie despistado. Estaba a punto de salir por la puerta cuando noté una mujer mayor me miraba fijamente. No retiré la mirada y ella insistió: era María Asquerino.

lunes, abril 10, 2006

El Chevrolet

Si hay un pub en el mundo, ése es el Chevrolet. El tapete verde de la mesa de billar deja paso a una barra alargada y brillante , dentro de la que está ella, mezclada con las luces y las sombras del local.

Austin MacKenzie no quería café. Mucho menos arrimarse a los reflejos de los hielos de un whiskie en un vaso largo. Pero esa noche, las historias que se contruía el viejo Aus necesitaban una mujer. Sí; dejaría a un lado ese caracter mesetario e involuntariamente arrogante y entró dispuesto a hablar del tiempo, de fútbol o de cualquier otro item que uniese su voz a la de ella. Pidió un café y en la chocolatina de cortesía que decoraba el plato, y, ya mismo, su paladar echó la red. -Humm -que bueno este chocolate. Y todo empezaba a salir mientras ella recorría su vida plagada de aburridas anécdotas mientras él recorría su cuerpo sin ser visto. Podría ser ella, treintañera, con sabor de sur y salpicada de desamores y de macarras que no la habían cuidado. Ella, que se quejaba de que el Mediteráneo no hace ruido, estaba ya a punto de compararse con Alfonsina Storni.

Aus estaba bien, disimulaba su tensión y apenas se inmutó con el primer golpe: -mi pareja practicaba (y esto no lo pudo escuchar bien, pero dijo algo como de un deporte nuevo de esos que terminan en ing). Él ya estaba ahí. Pero el verbo en pasado y los movimientos coquetos de ella le animaron a seguir. Pidió un chupito sin apetecerle, sólo por jugar a rojo. El cocinero de la taberna de al lado se unió a ellos. Destensó la situación.

Unos tópicos más y alguna mirada mantenían elevado el entusiasmo de Austin. Por eso, cuando recibió el segundo golpe, nuestro amigo cayó en la lona como un saco de melocotones de Calanda. Ella acababa de afirmar que como a sus chico no le gustaba el pescado... pues eso, que ella casi todos los días comía carne.

Si hay algo que odiaba Austin era escuchar a una mujer hermosa hablar de los gustos de sus chico. Aus volvio a su hotel sin neón mientras pensaba que le gustaría ser guapo y rico. Hizo un chasquido y se dijo: tanto viajar ... para estar como al principio.

domingo, abril 09, 2006

Postal



Elquescomoyo lleva año y medio repitiendo que debo cuidar mi cuerpo como si fuera un templo. Sé que tiene razón pero hasta esta semana no lo había experimentado. Este es es mi debut en el turismo sanatorio. La pena es que en mi tercera sesión de rei ki María se dejó una puerta energética abierta y por ahí se me escapa la energía y tengo frío. Me lo dijo una masajista sevillana. También se permitió decirme que tenía la zona de la responsabilidad muy cargada y la de los afectos, vacía. Me pareció que se tomaba demasiadas licencias así que le invité a cenar. Dijo que no, por lo que seguí comiendo estos peces que en mi estómago se sienten como idems en el agua. En esa cena, solitaria, mientras disfrutaba de la belleza de las mujeres anónimas recordaba que Auster afirma que cuanto más sólo está uno más se siente habitado por los otros, y yo pensaba que sí, mientras el camarero me había llamado ya, en ocho minutos, señor, chaval y muchacho. Se ve que soy inclasificable.

Las playas de Huelva tienen color de película de cine independiente aunque yo prefiero la arenilla de telefilm. Y aprovechando el fondo marino, en el Babelia decía una chica que el lesbianismo no es una isla sino una fuerza transgresora para oponerse al patriarcado. Lo intuía.

Ayer lo conseguí; salí de la autopista para ir por la general y disfrutar del paisaje. Luego pisé Portugal pero no soporté la tensión de estar en el extranjero y no enterarme bien de los carteles viales. Sonrí y me volví pa' ehpaña.
Yo, en otra vida, he debido ser Paco Martínez Soria.

lunes, abril 03, 2006

Hotel Valsequillo

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Fer, que cultiva más el amor que la amistad, celebró su cumpleaños. Valdría la pena ir sólo por los regalos tan bonitos que le hacemos. Pero yo, más interesado por la amistad que por el amor, no voy por eso. Además de la persona que más quiero del mundo y de algunas raíces del pasado más turbulento andaban por ahí tres mujeres realmente hermosas. Apenas me acerqué –sabía que no lo haría- y no lo hice. ¿Esto es masoquismo?
La noche, que antes me superaba por exceso y ahora por defecto, piensa de mí que soy algo derrotista. Me lo dijo una chica que quería comprar medio gramo de escape cuando le dije que yo no quería. Vende mucho más el entusiasmo que el análisis, pero me quedo con lo segundo. Ya me dijo un gran ex amigo que nada que nace en un bar acaba mereciendo la pena.

El Hotel Valsequillo,cerca de Lepe, está a mitad de camino entre casa rural y espacio recreativo. Voy a sentarme en la orilla de la piscina para que mis callos (los de los pies y los de las sienes) se vayan reblandeciendo; me llevo a Paul y a Truman para recordar cómo era aquello de leer, un transistor para escuchar el dietario de Ramoneda y me dejo el teléfono en casa. Me acabo de bajar el Cuore Mato, para los viajes del hotel a las calas en el coche con bañador y sin camiseta, cruzado pòr el cinturón y con unas gafas de sol.

Pienso ir a Portugal para las vacaciones tengan un poco más de consistencia a la vuelta y me llevo la raqueta de tenis por si una sueca quiere que juguemos un dobles mixtos.

Cuando vuelva a Madrid, voy a empezar a ligar por internet, lugar sin ruidos donde la gente puede comunicarse y no se tiene miedo a la belleza....

...si vuelvo.