sábado, mayo 28, 2011

Sin fin


Ha estallado durante estos días la belleza en un sol saltarín, bello contra bella, piel dulce, amor sin fin. Camping isósceles de futuro sin fin

En el mercado de San anTón -extranjeros sin fin-, ha estallado esta semana la belleza heterosexual. Galeristas del otro lado de Barquillo vienen a fumar y a dejarse ver, ejecutivos en tierra, mujeres rubias como el tabaco rubio, sueltas, llegan libres a mis ojos y se pintan sobre el lienzo de cielo de Chueca que, perplejo, devuelve a dios lo que es de dios.

Hoy otra vez ha estallado en los Teatros del Canal la belleza sin fin, cola de mujer, cabeza de baile. Discretas y relucientes caminan con las entradas en manos desenguantadas, a punto de dejarse bailar, de llevarse por la vida integral de la sala roja, con el sabor a guasabi que vendrá después. Por un rato libres por fin.

Ha estallado hace un rato su belleza en mí, en sus labios, futuro nuestro sin fin, de balcón a balcon, luz en tu cuerpo, boca sin fin.

martes, mayo 17, 2011

Especial Asuntos Pendientes



Ella tenía el aspecto de una virgen burguesa, un poco monjil por el vestido alto y cerrado
. Se conocieron y él -que era como yo- tuvo el constante temor de revelar el exacerbado sentimiento que movía, sentimiento que todavía carecía de nombre, aunque ya hacía tiempo que se había consolidado y traspasaba con su fuego cualquier disfraz. Y claro: un día sus cuerpos estallaron en llamas y con un interminable beso bebieron hasta saciar la sed y el deseo inconfesado de incontables días y horas. Estuvieron unos años sin verse. 9. Por la guerra. Y un día, él le pidió un cita y ella le escribió esta nota: "Es una locura lo que me pides, pero jamás pude y jamás podré negarte nada; iré." Dieron un paseo y ella recitó unos versos de Verlaine: En el viejo parque solitario y gélido/ dos sombras buscan su pasado.
Y así termina la historia
: Ni ella ni él eran los mismos y, sin embargo, seguían buscandose afanosamente, siempre en vano, huyendo y reteniéndose, esforzánddose denodadamente, cuando carecían de ser y de fuerzas para lograrlo, como los negros fantasmas que tenían ante sus pies. FIN

sábado, mayo 14, 2011

Una tarde fresca en el río


De todos los planes del mundo, el mejor es ir a la Casa Encendida a escuchar música contemporánea. Fue Gárgara quien me enseñó a hacerlo; y yo vi que era bueno. Hoy tocaba Hauschka, que ha convertido la moqueta gris del patio en hierba y el escenario en un río donde flotaba un piano lleno de cachivaches, cintas aislantes y pelotas de ping pong. Me he acordado de toda la gente que quiero y que no estaba. La buena gente se merecía estar ahí. He comprado su disco; no quiero olvidarlo.

Ante cualquier relato soy perfectamente capaz de distiguir el guión de la dirección. Cuando esto es imposible de separar estás ante la autoría. Pasa en Delicadas, talento sin alardes, teatro sin aspavientos.

La persona que mejor se lleva con mi ánimo se llama
Maruja Torres. Me encantaría que se casase (por conveniencia) con Ray Loriga y que los dos siguieran elevando la amistad a través de sus columnas por encima de todas las cosas.

lunes, mayo 09, 2011

Cría Cuervos

El frigorífico Fagor, los uniformes, el me quiero morir, los modales, el quiero que se muera, el santiguarse, el 124 special, los alicatados blancos de la cocina, el calendario en la pared, los viajes adormecidos y el aire por la ventanilla, el cuello vuelto, los singles, Florinda Chico, el granate, el come bien, los duralex, el pijama estampado con viñetas de comic y Monica Rándall. Todo está en Cría Cuervos.
Ana Torrent y yo vivimos la misma infancia. Me encantaría compartir con ella la madurez.

Surcos

El Retiro es el paraíso del Diesel. Los motocultores, sierras electricas, tractores, orugas, tractorcitos, cortaceped y demás se lo pasan pipa. Además, quedan señores mayores como los personajes de Surcos: tienen mal genio, pegan a los hijos, incluso les echan de casa antes de dejarles follar. En ellos permanece, como en los abuelos del Retiro, la maldad de la ignorancia.
Debajo de casa, en la terraza, conviven los currantes de la vida con el maduro gay aspirante a gatopardo que sale de caza. El dueño de la cafetería parece haber decidido que para cobrar 2'70 por un vino hay que poner una tapa rumbosa que lo justifique. Se agradece la intención aunque el resultado es mucho vino y muy malo; mucho pan y muy malo.
No es un gran sitio. No es -como dice Bergman- un gran espacio que descansa en el silencio y la penumbra que es el principio y el fin y casi todo lo que hay entre medio.