Soy normal

Cuando en EGB me elegía el profesor para ayudarle y me sacaba para tomar notas en la pizarra o similar y me dejaba toda la clase ahí arriba era el niño más feliz del mundo. Esto dulcificaba mis relaciones -siempre complicadas- con los profesores y de paso intentaba saciar mi insaciable afán de protagonismo.
Hoy tenía un bonito plan con personas dulces pero se ha suspendido. Así que fui a Yoga aunque no tenía clase, algo así como para recuperar o subir nota. El profesor me eligió para trabajar con él en parejas. Nadie me conocía porque esa no era mi clase así que me la jugaba. El hecho de que llamase por mi nombre ya me ponía en un lugar interesante. Sólo el profesor sabía que yo era el peor de la clase de los martes y jueves. Pero nadie más y ése era mi momento. Estaba, yo, la pelota y el portero. He estado bastante bien, la verdad, simpático pero no empalagoso, flexible pero sin alardes, mono y colaborador. Sabía que llegaría un momento en el que empezaría a sudar por la cara de manera excesiva y cuando sucedió, no me sentí azorado, incluso me vi con cierto sex appeal. También me preguntó el atractivísimo profesor cuánto pesaba y no se lo dije porque no me peso desde que no fui a la mili. Nada que ocultar.
Por primera vez me he sentido una persona normal.
Mañana vuelvo.
Me da pena que la EGB quede tan lejos